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Marco G. Vidart
Domingo, 11 de diciembre 2011, 11:51
El equipo Cueva El Soplao, convertido ya en historia; el Bike Live, la estructura profesional con sede en Cantabria, con los plazos cerrados para obtener una licencia; y con el antiguo Camargo Ferroatlántica que no sabe con cuántos ciclistas podrá salir a la carretera el año que viene. Ese es, a día de hoy, el desolador panorama al que se enfrenta el ciclismo cántabro. Quizá sea la ya tan mentada crisis la que se haya llevado por delante al presente -y lo que es peor, al futuro- de un deporte muy querido para los cántabros. De no mediar un cambio radical, cada vez costará más que haya ciclistas de la región que emulen a los Cobo, Freire, Iván Gutiérrez, David de la Fuente.
Pero, ¿por qué se ha llegado a esta situación? Lo más fácil es achacarlo todo a la crisis económica. No hay dinero y si las empresas no tienen recursos para subsistir, difícilmente harán un gasto extra para patrocinar a un equipo ciclista. Aunque esta época de vacas flacas para el ciclismo, según los expertos del mundo del pedal, ya se veía venir desde hace tiempo.
«Yo tengo claro que el ciclismo, en los últimos tres o cuatro años, por lo que sea ha estado viviendo de los entes públicos en exceso». Quien habla es Juan González, uno de los principales afectados de esta historia, ya que era el director deportivo del Cueva El Soplao. «Y de cara a la empresa privada, no hemos sabido vendernos o se ve que ahora no es el momento exacto para invertir en ciclismo. Pero ahora el ciclismo está barato. Nosotros somos una gran publicidad, una publicidad directa. Nos llamamos como quiera el patrocinador».
De su misma opinión es su compañero de fatigas. Alejandro González, director deportivo del antiguo Camargo Ferroatlántica, será el único que salga a la carretera -habrá que ver en qué condiciones- la temporada que viene. El equipo perdió a su principal patrocinador, el Ayuntamiento de Camargo. «Lo que ocurre es que en el ciclismo nos hemos ido al dinero fácil, al dinero público. Ha habido muchos equipos que dependen de Ayuntamientos, comunidades autónomas. Ha fallado esto y nos hemos quedado a dos velas. Quizá nos lo han dicho un poco tarde y no hemos podido reaccionar a tiempo. En nuestro caso, llevábamos 15 años con el ciclismo en Camargo y creo que no debíamos haber salido por la puerta de atrás».
Ley de Mecenazgo
El presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, reclamaba en el Foro Ferrándiz - Club Información en Alicante, celebrado a finales de octubre, una Ley de Mecenazgo para el deporte español. Una norma que haga rentable a las empresas invertir en los deportistas y en los equipos y que de ese modo, no sea necesario recurrir a los organismos públicos en busca de dinero.
El apoyo en España al deporte, no ya al aficionado, sino al profesional, está bajo mínimos y Alejandro Blanco ponía cifras sobre la mesa. Mientras que Francia destina 384 millones de euros al deporte de alta competición, Italia aporta 220 y España, apenas 60 millones de euros.
«Es fundamental. Por ahí van los tiros», señala Alejandro González. «La solución a nuestros problemas es salirse de las instituciones públicas y apoyarnos en las empresas». De salir adelante algún día esa norma, los políticos solo se tendrían que preocupar de acompañar a los responsables de los equipos que lleven un buen proyecto deportivo bajo el brazo. «Solo nos hace falta alguien que nos abra determinadas puertas», afirman tanto Juan como Alejandro González.
La Ley de Mecenazgo posibilitaría que el ciclismo fuese uno de los deportes más favorecidos. Por un lado, una empresa se podría beneficiar fiscalmente al invertir en un equipo. Y por otro, tendría la rentabilidad de una publicidad directa. «En el ciclismo, se puede obtener un retorno del doble o del triple de lo invertido», comenta Tino Zaballa, otro de los cántabros ilustres en el pelotón. «Hay que hacer algo para buscar ingresos, porque si no hay patrocinadores conviene recordar que el ciclismo no pasa por taquilla».
Futuro muy incierto
Aunque la más que posible desaparición del Bike Live, el equipo en el que de momento milita Juanjo Cobo, es de lo más triste -y más por la forma en la que ha sucedido-, lo verdaderamente aterrador para el ciclismo cántabro es que haya solo un equipo amateur. Ahí sí coinciden todas las voces autorizadas del ciclismo. «Es la categoría clave», apostilla el excorredor cántabro Herminio Díaz Zabala. «Si no existen equipos de esta categoría, te encuentras sin salida, sin posibilidad de dar un salto hacia adelante». De igual modo opina Zaballa. «Los chavales jóvenes van a perder a sus referentes. Y eso repercutirá en que Cantabria pierda potencial en cuanto a ciclismo».
El único que podrá hacer algo por esos chavales sub-23 el año que viene será Alejandro González desde la Peña Ciclista Sprint -habrá que ver cómo se llama el equipo que pueda sacar-. Pero seguro que será a todas luces insuficiente, porque todos los años unos 20 o 25 chicos pasan a esta categoría. Algunos no servirán para rendir al ya alto nivel que se pide a esas edades, «pero debieran tener al menos equipos que les den la posibilidad de probarse. Lamentablemente, yo no los podré acoger a todos».
Carreras en peligro
La desaparición de uno de los equipos amateur de Cantabria y la situación más o menos precaria de otro podría incidir en el calendario de carreras para la categoría sub-23 en la región. Aunque algunas pruebas, como el Gran Premio San José que se disputa en Astillero y que es una de las más veteranas de la comunidad, apenas notarán este contratiempo. «En nuestra carrera, desde siempre el 90% de los equipos que vienen son de fuera de Cantabria», apunta Jesús García Real, uno de los organizadores del Gran Premio San José. «Lógicamente, si hubiese muchos equipos cántabros, no haría falta recurrir a los de fuera. Pero como nunca ha habido una gran cantidad de equipos de la región en esta categoría -cuatro quizá el año que más-, siempre invitamos a equipos de País Vasco, Asturias, Aragón.».
El que ve más problemas es Tino Zaballa, que también está metido en la organización del Trofeo Santiago que se celebra cada año en la localidad de Cos (Mazcuerras). «Tenemos la voluntad de hacer todo lo que se pueda hasta que se pueda, aunque cada vez es más difícil. Para qué voy a hacer el esfuerzo de hacer carreras si no hay equipos cántabros. Porque a los demás hay que pagarlos».
De no mediar un giro de 180 grados, la 'pájara' que le ha venido de golpe al ciclismo cántabro tiene visos de ser larga. Algunos son más optimistas, caso de Alejandro González. «El año que viene tienen que salir equipos. Confío en Juan. Y otros se animarán a salir». Otros lo ven peor, como Herminio Díaz Zabala. «La situación económica no está para mejorar», apunta. «Habría que tomar decisiones drásticas, porque esto va para largo», confirma Juan González. «Sería necesario aprobar la Ley de Mecenazgo y que haya interés y ayudas para que los jóvenes hagan deporte. Creo que con estas dos premisas se solucionaría el problema». Poco esfuerzo parece para ayudar a un deporte muy querido en la región -cada vez hay más cicloturistas en las carreteras de la comunidad- y que ha dado a Cantabria algunos de sus deportistas más importantes.
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