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Antonio Aretxabala, durante su intervención en el colegio Marquesa Viluma de Voto. :: I. B.
Los niños de Voto ya saben qué hacer si hay un terremoto
VOTO

Los niños de Voto ya saben qué hacer si hay un terremoto

Un geólogo ofreció una charla a los escolares del colegio Marqués Viluma sobre la sismología y sus efectos

IRENE BAJO

Sábado, 17 de diciembre 2011, 01:11

Los alumnos del colegio Marquesa Viluma de Voto recibieron ayer una clase especial sobre el origen de los movimientos sísmicos y conocieron las claves para salir ilesos en caso de que produzca un movimiento tectónico de la mano del geólogo y director técnico del laboratorio de edificación de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, Antonio Aretxabala.

El experto mostró a los alumnos de cuarto a sexto curso de Primaria qué es un seísmo, cómo se genera, cómo se expande y el trabajo de los expertos para paliar los daños en caso de que se produzca un terremoto y, sobre todo, qué medidas deben adoptar llegado el caso. La charla trató en suma de «acercar a los pequeños a una cultura científica que salva muchas vidas», dijo Aretxabala, que realiza estas charlas instructivas de manera desinteresada, porque a su juicio hay que educar a los niños desde pequeños en la forma de actuar ante los seísmos para evitar grandes desgracias como ocurrió en Lorca en mayo de este año.

Según el geólogo, habría que atacar el problema por tres frentes. Por un lado las normas de construcción sismorresistentes deben ser correctas, en lo que parece que aprobamos. Sin embargo, los planes urbanísticos y distribución del territorio son motivo de mejora y se trata de una asignatura pendiente «porque hacemos las casas donde nos da la gana y sin tener en cuenta el conocimiento de la existencia de estas fallas». La educación de la población es otro punto que habría que abordar con más intensidad, ya que somos un país sísmico pero no estamos tan preparados cómo otros países que se toman la precaución en este sentido más en serio como Estados Unidos, Italia o Japón.

En este sentido y aunque es difícil hablar de la probabilidad de que se produzca un seísmo en Cantabria, tratándose de la zona menos sísmica de la península ibérica, Aretxabala toma como referencia «el terremoto más grande ocurrido jamás en la región», que tuvo como epicentro el municipio de Arredondo en 1938 con una magnitud de 4,9 grados en la escala Richter. También Torrelavega fue escenario de un movimiento de tierras con epicentro en Reocín el 7 de enero de 1965, que tuvo un alcance de 4,1.

El geólogo dio algunas pautas para evitar daños físicos importantes en el caso de terremoto, como no salir corriendo, que es lo más importante, evitar dormir o trabajar bajo estanterías aparatosas, alejarse de ventanales, situarse bajo una superficie sólida como una mesa, bajo una puerta o junto a un pilar. En caso de que nos sorprenda en la calle, lo más inteligente es buscar un espacio abierto como un parque, evitar puentes y edificios y retirarnos al arcén en caso de estar conduciendo. La visita del experto sirvió además para que los responsables del colegio se planteen reactivar su plan de emergencias para educar a los alumnos en la forma de actuar ante catástrofes de este tipo con charlas y simulacros.

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