

Secciones
Servicios
Destacamos
GUILLERMO BALBONA
Miércoles, 28 de diciembre 2011, 13:07
«Un buen lector se distingue por los libros que deja de leer». El autor de 'Las noches de verano' convirtió la presentación de su nueva obra en un altar de lecturas descartadas y libros aceptados. El lector y el crítico fundidos en su propia creación y recreación poéticas constituyeron los pilares en los que José Luis García Martín (Aldeanueva del Camino, Cáceres, 1950) sostuvo el andamiaje nostálgico y confesional de su trayectoria: más de cuarenta años de una vida atravesada y vertebrada por el libro.
El poeta, escritor y crítico ligado a Asturias presentaba ayer en Santander su 'Arena y nada. Poemas de vario tiempo y lugar'. Ante más de un centenar de personas, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MAS) se hacía eco de nuevo del crecimiento de la colección santanderina 'La grúa de piedra', que dirige Luis Alberto Salcines.
Entre complicidades y confesiones, citas, versos y lecturas cruzadas, discurrió una hora en la que, primero, el poeta cántabro Lorenzo Oliván, y luego García Martín recorrieron los Poemas del número 9 de la asentada 'La grúa de piedra', que ya mira hacia su próximo fruto: un poemario de Miguel Ibáñez. Oliván, en la presentación, definía a su colega («fustigador, enredador, liante... chispeante, puñetero, sabio, analítico»); aventuraba rasgos y senderos literarios; y retrataba al hombre, al amigo y al autor. El castreño, poeta de 'Puntos de fuga', bajo el epígrafe de 'Gatos sin dueño' trazó un perfil personal de García Martín «con las gafas de la sola amistad» y continuó con «las gafas del crítico» para configurar una silueta del «lector voraz y autor de todos los géneros».
Oliván se refirió a que «no resulta extraño que una de las sombras tutelares de este escritor sea Borges, no sólo por su erudición, sino por la mezcla que se da en el maestro argentino de una erudición de verdad y de mentira». Para el poeta cántabro, García Martín es un «gran caníbal de la poesía, que cree que cada lector ha de hacer de ella carne de su carne, en un acto desaforado de amor que da riqueza al propio hecho poético». Y siguió con su perfil crítico al situar al antólogo y articulista cacereño como «un tipo con carácter al que le gusta tener en todo la última palabra, y que ha hallado en este terreno de la traducción un campo perfecto para poner sus puntos sobre sus íes y para enmendarle la plana al más pintado». A su juicio, 'Arena y nada' es «un libro tan ancho como el mundo», un libro cuyo fin es «convocar sombras (a menudo tramposas, a menudo chinescas) que lo que resaltan es el perfil, las obsesiones, las predilecciones de quien las saca a la luz».
Por su parte el profesor y director de la revista 'Clarín' sostuvo que «cualquier poema no es más que el borrador de un poema. La versión final corresponde siempre al lector, el único poeta verdadero». En su breve intervención García Martín se declaró «autor discreto» y confesó haber sido «un lector que ya leía antes de tener libros», dada su «hambre de libros» durante una época de juventud con «más capacidad de lecturas que libros».
Aunque su visita a Santander era más bien fugaz, el autor de 'La biblioteca de Alejandría y Jardines de bolsillo' cumplió con uno de sus rituales y recorrió varias librerías de la ciudad. «No presumo de ser un gran lector. Solo soy caprichoso y de una insaciable curiosidad», precisó entre versos recitados de memoria.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.