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ANA R. GARCÍA
Martes, 10 de enero 2012, 10:04
La Audiencia Provincial juzgará mañana al presunto acosador de Canalejas, detenido el pasado mes de junio, por los tocamientos obscenos a los que sometió a varias menores a la salida de sus centros escolares. El fiscal solicita una condena de once años y medio de prisión, libertad vigilada durante cinco años más y la prohibición de acercarse a sus víctimas. Al procesado, cuya identidad responde a las iniciales P. L. L. S, se le imputan siete supuestos delitos de abusos a otras tantas menores de entre 8 y 14 años, uno más en grado de tentativa, así como otro de resistencia, ya que cuando fue detenido forcejeó con los agentes de Policía. Según relata el Ministerio público en su escrito de calificaciones, los hechos sucedieron entre febrero y junio de 2011 en Santander, en distintas ocasiones.
El hombre, un vecino de Santander de 52 años, actuaba normalmente en las inmediaciones de centros escolares en las horas de entrada y salida a clase. En algunos casos pasaba entre grupos de estudiantes y aprovechaba para tocar a alguna de las niñas, y en otros casos llegó a entrar en el portal de las víctimas cuando regresaban a casa, realizándolas tocamientos en zonas como los muslos, la parte genital y los glúteos, por encima y debajo de la ropa.
Desde que se tuvo constancia de las primeras quejas, la Policía Nacional montó un discreto dispositivo de vigilancia en las cercanías de los centros escolares de la zona en la que actuaba, en la están ubicados los colegios Calasanz-Escolapios, San Martín y los Ángeles Custodios, aunque también fue visto en el Sagrado Corazón-Esclavas, situado en la calle Pérez Galdós, y en el María Reina Inmaculada, en el Paseo Menéndez Pelayo.
Finalmente, el 8 de junio de 2011 se produjo su detención gracias a la inesperada colaboración de dos alumnos de Los Escolapios, de 11 años, que, tras presenciar los abusos a una compañera, decidieron salir corriendo detrás del hombre para evitar su fuga. En su persecución, se tropezaron con una patrulla de la Policía Nacional, que procedió a la captura. El individuo se opuso violentamente a los intentos de detención de los cuerpos de seguridad, causando daños a uno de los agentes. Apenas una semana después de su arresto, salieron a la luz otros siete casos de abusos sexuales a niñas en las cercanías de dos colegios de Santoña, cuya autoría se atribuyó a esta misma persona. Los hechos fueron denunciados entre abril y mayo y, como en Santander, todos los casos ocurrieron fuera del horario lectivo y en la vía pública.
Para el acusado, en prisión provisional desde entonces, se le piden once años y medio de prisión por cuatro delitos de abusos sexuales (tres de ellos a menores de 13 años) y uno de resistencia a la autoridad, además de la prohibición de acercarse durante cuatro años a las víctimas, sus domicilios o centros escolares, cinco años de libertad vigilada e indemnizaciones de 1.000 euros para cada una de las menores víctimas.
Por su parte, la defensa se muestra conforme con el relato del Ministerio Fiscal, pero no con ciertas partes de las acusaciones particulares, ya que, en uno de los casos niega que tocara «fuertemente» a una de las denunciantes, con las que el contacto fue «leve y fugaz». Pero objeta como circunstancias atenuantes de los hechos la reparación del daño (el abono de las indemnizaciones), y las dilaciones indebidas por los retrasos en la celebración del juicio. Y propone como penas alternativas condenas que oscilan entre los cinco años y medio de prisión y los seis.
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