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ABEL VERANO
Jueves, 12 de enero 2012, 17:42
La polémica integración del concejal de Anexión a Vizcaya en el equipo de gobierno de Castro Urdiales ha provocado que PP y PRC tengan que lanzar mensajes en los que quede clara la cantabricidad del municipio que gobiernan.
Su pretensión es contrarrestar a aquellas voces que han puesto el grito en el cielo por el hecho de que populares y regionalistas hayan pactado con un partido que únicamente tiene de anexionista su nombre, ya que en sus estatutos sólo habla de anexión con Vizcaya mediante convenios de colaboración. En ningún momento se refiere a una unión territorial.
Ayer, dos días después de anunciar el pacto, el portavoz del PP, Javier Muñoz, y su homólogo del PRC, José Ucelay, citaron a los medios de comunicación junto al ascensor de Santa Catalina, en la calle Leonardo Rucabado, para anunciar, junto a dos banderas de Cantabria y Castro, que desde que entraron en el Gobierno, hace ya siete meses, han colocado en la ciudad una treintena de banderas de Castro, Cantabria, España y la Unión Europea.
Los dos ediles tenían una clara intención: utilizar la colocación de las banderas para dejar claro que de anexiones nada de nada. Ambos tenían perfectamente memorizado su discurso. Que Castro pertenece a Cantabria está claro, pero ellos lo quisieron recordar por si alguien tenía alguna duda.
El concejal popular dijo que la colocación de las enseñas se encuadra dentro del «proceso de normalización institucional» que el equipo de gobierno está llevando a cabo en el Ayuntamiento de Castro.
Nada más hacerse cargo del Consistorio, el Gobierno instaló en el salón de plenos las cuatro banderas oficiales. Desde el pasado verano también han colocado «renovadas banderas» en el balcón del Ayuntamiento así como en otros edificios municipales: el Castillo-faro, el Centro Cultural La Residencia, el Centro Cultural Eladio Laredo y la Residencia Municipal del Santo Hospital
Paralelamente, el Ejecutivo local ha instalado otras enseñas en diferentes zonas de Castro, aprovechando antiguos mástiles que se encontraban vacíos y sin uso. Se ha colocado la bandera de España en el Paseo Marítimo de Ostende, y las de Castro y de Cantabria en las entradas a la ciudad desde Santander y desde Bilbao, en el Parque de Los Jardines y en el parque infantil de la calle Leonardo Rucabado, junto al ascensor de Santa Catalina. En total, el Ayuntamiento se ha gastado «algo más de mil euros».
El Gobierno pretende «seguir normalizando» la situación de los edificios municipales con la colocación de más enseñas en la Casa de la Naturaleza, el Parque de Emergencias, el Centro Musical García Basoco o el Albergue de Peregrinos.
El portavoz del PRC dijo ayer que con la colocación de estas banderas «dejamos claro que Castro es Cantabria». «Ahora mismo me tendría que recorrer toda la región para ver en que localidad hay más banderas de Cantabria que en Castro».
Ucelay señaló que el Gobierno admite a toda la gente que venga de otras comunidades, incluso de otro países, «pero tenemos que dejar bien claras nuestras raíces, quiénes somos, de dónde venimos y qué queremos seguir siendo».
«Castro es Cantabria»
La secretaria general del Comité Local de los regionalistas castreños, Alodia Blanco, aseguró ayer que el «difícil» pacto de gobierno alcanzado en Castro Urdiales ha supuesto el «logro» de que el nuevo concejal de Sanidad, César Barco, «haya renunciado a pedir la anexión de este municipio a Vizcaya».
Blanco recalcó, en declaraciones a Europa Press, que el PRC puso como condición para el pacto que Anexión a Vizcaya «reafirmara» la «cantabricidad» de este municipio vecino con el País Vasco y mostrara su «rechazo expreso» a la integración de Castro en Vizcaya. Es un objetivo que Blanco ya ve «cumplido» con las declaraciones del edil tras la firma del acuerdo.
Además, el PRC recordó que los estatutos de Anexión a Vizcaya no recogen esas pretensiones, y que el propio edil ha afirmado que el nombre no es más que un «reclamo electoral». De lo que se trata, en suma, es de «garantizar» la gobernabilidad de Castro para poder así «satisfacer» las necesidades de sus vecinos en un momento «excepcionalmente duro», advirtió Blanco.
La dirigente regionalista dijo que el acuerdo está abierto a otras fuerzas políticas y precisó que el nuevo edil no tendrá más retribución por su nueva responsabilidad, pues ya las percibía en su condición de portavoz municipal, y esta no se incrementará. El objetivo es evitar situaciones de inestabilidad municipal «como las que se han producido en otras legislaturas».
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