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Paco Roca, el dibujante de 'Arrugas' que recibió el Premio Nacional de Cómic en 2008, está feliz de cómo se ha adaptado su novela gráfica al cine. :: DM
CÓMIC

«La película no habría existido sin el Premio Nacional de Cómic»

Paco Roca Dibujante El creador de la novela gráfica 'Arrugas', que aborda la enfermedad del alzheimer, reflexiona sobre el filme animado que se estrenará el próximo 27 de enero

PPLL

Viernes, 20 de enero 2012, 02:26

La novela gráfica ganadora del Premio Nacional de Cómic en 2008 regresa al primer plano de la actualidad con el estreno de su versión animada para la gran pantalla el próximo 27 de enero. Dirigida por Ignacio Ferreras, 'Arrugas' está basada en el cómic homónimo de Paco Roca, publicado originalmente por Delcourt y cuya versión española corre a cargo de Astiberri. El filme está preseleccionado al Oscar a la Mejor Película de Animación pero también ha sido nominado al Goya al Mejor Guión Adaptado, a los Premios Gaudí de la Academia de Cine catalana y al Mejor Largometraje en los premios Annie de Hollywood.

'Arrugas' es una obra centrada en la enfermedad de Alzheimer y la problemática de la tercera edad, que se concreta en la historia de Emilio cuando su familia decide internarle en una residencia geriátrica. La novela gráfica mantiene un tono coloquial, costumbrista y ajeno a cualquier estridencia o drama, sin desdeñar el recurso a la comedia o el empleo de cualquier mecanismo que se ajuste a las necesidades expresivas del autor. La humanidad de los personajes, la verosimilitud del entorno y la originalidad de la puesta en escena han conseguido que crítica y público aprecie por igual la calidad de esta obra que también ha sido premiada en Barcelona, Francia e Italia.

El valenciano Paco Roca (1969) ha demostrado una gran versatilidad a lo largo de su carrera, como demuestran sus incursiones en el género histórico ('Hijos de la Alhambra'), el humor costumbrista ('Memorias de un hombre en pijama') o la memoria histórica ('El faro'). Igual aborda la figura de Dalí en 'El juego lúgubre' que se acerca a los autores de la Editorial Bruguera de los años 50 en 'El invierno del dibujante' o bien firma esa fábula urbana con remembranzas de Borges o Kafka titulada 'Las calles de arena'. Incluso reflexiona en clave de comedia sobre las consecuencias de su propio éxito en 'Emotional World Tour'.

Producida por Manuel Cristóbal, la película ha sido escrita por Ignacio Ferreras, Ángel de la Cruz, Rosanna Cecchini y el propio Roca, contando con una banda sonora del compositor Nani García. Ferreras ha trabajado en el largometraje de animación de Sylvain Chomet 'The Illusionist' (2010), ha dirigido el segmento '1000c SMS Finals' para 'Tokio Olympic' (2008) y ha realizado el storyboard de 'Astérix y los vikingos' (2004). Desde 2005 también imparte clases y conferencias en el Volda University Collage de Noruega y en el Animation Workshop y la National Film School, ambos de Dinamarca.

-¿En qué medida has tomado parte en la producción del filme? ¿Cuál ha sido el grado de control sobre tu obra?

-Por contrato, la editorial Delcourt exige a la productora cuando compra los derechos que el autor tome parte en el guión, ya sea parcial o totalmente. Y eso es bueno porque te permite estar dentro de la película. Pero lo cierto es que, aun sin esto, el trato con Manuel Cristóbal, el productor, ha sido muy bueno desde el principio. Porque siempre me ha tenido muy presente en la película, siempre intentando que fuese lo más fiel posible al cómic. Después vino Ignacio Ferreras, el director, se le hizo el mismo planteamiento y estuvo de acuerdo. Pero también impuso sus condiciones, lógicamente, que consistían básicamente en que fuera él quien asumiera el proceso de adaptación, es decir, escribir el guión y realizar el storyboard y la animática. Por tanto, ha sido finalmente una obra de autor del propio Ferreras. Mi participación en esa fase ha consistido en estar al lado suyo y del resto de los guionistas, sobre todo aportando ideas. Por ejemplo, mostrando el álbum 'Emotional World Tour' para que entendieran de dónde surgía 'Arrugas' y contribuir a los elementos que se añadieron a la trama, ya que el álbum original se quedaba corto para hacer un largometraje. E incluso añadir algunas ideas que se quedaron fuera cuando hice por primera vez el álbum. Porque en el tiempo que ha pasado desde que lo publiqué, he aprendido mucho más sobre la vejez y el Alzheimer, después de asistir a muchísimas charlas con familiares, neurólogos y otras personas relacionadas. También había cosas del cómic que ahora me chirriaban un poco, por lo que esto se convirtió en una especie de segunda oportunidad. En definitiva, yo le lanzaba ideas a Ignacio Ferreras y él decidía utilizar unas y desechar otras. Eso sí, me consultaba o me enseñaba los storyboards, pero yo nunca rechacé nada porque mi trabajo era realizar el cómic, no la película. Otro tema importante ha sido el diseño, ya que se ha intentado siempre mantener la estética de los personajes del álbum.

-¿En qué se traduce la diferencia de lenguajes?

-Se quiera o no, el cine todavía tiene muchísima más difusión que el cómic y ello va a hacer que la historia también la tenga. Por otra parte, hay algo que me ha hecho replantearme también el mundo del cómic o su proceso creativo y es el ver cómo trabajaba el director con la película. Porque los dibujantes creo que somos poco ambiciosos en cierta forma o seguimos arrastrando una serie de tics propios del medio que el cine ya ha superado. Él ha profundizado en algunas cosas que yo había pasado por encima, en algunas escenas y en la personalidad de los protagonistas, hallazgos que se pueden intuir en la novela gráfica pero que ojalá se me hubieran ocurrido a mí. Y, además de todo esto, otra diferencia lógica es que el cómic es obra de una sola persona mientras que la película es un trabajo coral donde interviene mucha gente haciendo lo que mejor saber hacer. La música, por ejemplo, aporta otra lectura al resultado final y también las voces de los actores, además del trabajo de animación o los fondos. Es el trabajo de mucha gente.

-¿Qué ha propiciado la traslación de 'Arrugas' al cine?

-Creo que coinciden muchas cosas. Considerando lo difícil que es el que una película salga adelante, creo que con 'Arrugas' hemos tenido mucha suerte. Aunque desconozco bastante el mundo del cine, según me cuenta el productor, todo ha salido bien a la primera y él también está sorprendido. Quizás influya el que se trate de un cómic, que siempre es más vendible que un guión escrito o un libro porque es más fácil de ojear y ofrecer una idea de su contenido. Por otro lado, ya ofrece casi un storyboard completamente dibujado y con los diseños hechos. Otro factor es que es un tema social y, al menos en el momento de hacerlo, parece que existía una necesidad de tratarlo. Por añadidura, tiene un punto de optimismo y además es una película barata de realizar.

-¿Consideras este cómic especialmente cinematográfico?

-Poco a poco vas cambiando y cada historieta conlleva una forma diferente de narrar. 'Arrugas' es, desde luego, muy cinematográfica y contiene muchas influencias de ese medio. La complicación de hacer una obra como 'Arrugas' es que no tienes muchos referentes o herramientas para contar ese tipo de historia, por lo que mezclé distintos tipos de aventura procedentes del cine de género.

-¿Qué opinas del doblaje, con actores como José Sacristán? ¿Te imaginabas así las voces de tus personajes?

-Ni me los imaginaba en movimiento ni me los imaginaba hablando. Porque, al igual que cuando estás leyendo un libro, en la cabeza realizas siempre una especie de casting abstracto e idílico. Por ejemplo, el personaje de Miguel me lo imaginaba un poco como mi padre pero con la voz de Walter Matthau en el doblaje de las películas españolas. Nunca encaja lo que tienes en la cabeza con lo que ves y siempre te chirría un poco. Pero, por otra parte, es bonito ver cómo tus dibujos se empiezan a mover. Y eso no me ha sorprendido tanto porque ya he trabajado en animación, pero desde el momento en que estuvimos en Santiago con los actores poniendo sus voces a los personajes es cuando sentí que cobraban vida. Y la tercera gran sensación viene con la música. Aquello dejaban de ser mis personajes y ni siquiera eran dibujos animados: de repente estaban vivos.

-Cuatro años después, ¿cómo ha influido en tu carrera la obtención de un Premio Nacional de Cómic?

-Ahora que ha pasado algún tiempo las cosas se han normalizado. Ya no siento ningún tipo de presión y, por el contrario, se me han abierto muchas puertas, he conseguido muchos lectores que no tenía y que se reediten obras anteriores a ese premio. De hecho, la película de 'Arrugas' no habría existido sin el Premio Nacional. Creo que muchos de los lectores que tengo ahora y el haber salido del pequeño mundo del cómic ha sido gracias a la novela gráfica 'Arrugas' y al Premio Nacional. Pero cuando recibí el premio sí que sentí la presión de qué iba a pasar a partir de ahí, de si iba a decepcionar al público. Lo bueno fue que ya tenía terminada la siguiente obra, 'Las calles de arena', por lo que publicar otra cosa totalmente diferente no me supuso ninguna tensión. Sí que la hubo al terminar esta y comenzar 'El invierno del dibujante'. Aunque ese tipo de presión también hace que te lo replanteas todo mucho más, intentas no darlo todo por bueno, no ir a lo obvio y trabajar más algunas cosas. Te hace ser mucho más exigente.

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