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Ángel Duque pedía dinero para el deporte a las empresas a las que adjudicaba obras
CAMARGO

Ángel Duque pedía dinero para el deporte a las empresas a las que adjudicaba obras

El exalcalde de Camargo pedía la aportación para la fundación deportiva por carta, iniciativa que los empresarios tomaron como una «extorsión en toda regla»

C. DE LA PEÑA

Jueves, 2 de febrero 2012, 15:03

La Fundación para el Deporte y la Cultura de Camargo es una olla a presión a punto de estallar. Creada hace diez años por el Ayuntamiento para ofrecer apoyo económico a las entidades deportivas del municipio, sus cuentas nunca han sido fiscalizadas, como es su obligación por tratarse de una entidad pública. Durante esa década gastó más de dos millones de euros, cerca de un millón y medio procedentes de las arcas municipales, sin rendir cuentas a nadie, y los requerimientos del Protectorado de Fundaciones y del Tribunal de Cuentas para inspeccionar su contabilidad han sido infructuosos.

Ahora, al oscurantismo de esta gestión, se suma la práctica poco ortodoxa del exalcalde Ángel Duque y presidente de la fundación deportiva para recaudar dinero de las empresas que trabajaban con el ayuntamiento, a las que pedía una parte proporcional del volumen de la obra contratada para apoyar económicamente los proyectos de la fundación.

Según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, Duque enviaba una carta a las empresas adjudicatarias de obras del municipio, a las que, tras informar de la existencia de la Fundación para el Deporte y la Cultura para ayudar a las asociaciones culturales y deportivas, «sugería» la posibilidad de participar en la institución mediante una aportación económica proporcional al «volumen de la obra contratada».

Si esta primera misiva no hacía mella y el empresario se hacía remolón, se atacaba con una segunda, en la que el exalcalde, ahora sí, apremiaba el compromiso dinerario e incluso se atrevía a apuntar el donativo idóneo.

«Como continuación de nuestras conversaciones sobre la Fundación para el Deporte y la Cultura, necesitaríamos que nos concretes cuanto antes la participación de tu empresa para poder cerrar el presupuesto de la Fundación para este año. Te ruego por ello que, con la mayor premura posible, nos enviéis una carta de compromiso con la cantidad a aportar, fijada en términos orientativos en 30.000 euros», reclamaba el exalcalde a uno de esos empresarios. Esta operativa, puesta en práctica por Duque en 2007, cuando accedió a la alcaldía por segunda vez, afectó especialmente a los empresarios que contrataron con el Ayuntamiento obras del llamado Plan E entre 2008 y 2009. Con la crisis económica golpeando ya de lleno en sus negocios, muchos de ellos concursaron a estas obras como tabla de salvación para mantener los puestos de trabajo.

Por eso, entre ellos causó especial malestar la iniciativa de Duque. «Era una actuación tan grosera que la mayor parte de ellos se lo tomaron como una extorsión en toda regla, una especie de impuesto revolucionario», señala un empleado municipal, que en más de una ocasión escuchó sus quejas. Efectivamente, la aportación era voluntaria, pero los empresarios temían no cobrar o que les pusieran reparos a lo ejecutado si no accedían el pago, dice la misma fuente.

Este método recaudatorio puesto en marcha por el exalcalde resultó muy eficaz. Tal es así que de los 400.000 euros de presupuesto anual de la Fundación, 210.000 eran aportaciones privadas, tal y como reconoce el propio Duque.

«A nadie se puso la pistola»

Ángel Duque admite ser el promotor de la iniciativa, pero niega que se hable de impuesto revolucionario. «Lo que hice cuando llegué a la alcaldía en 2007 fue tratar de canalizar, de manera ordenada y a través de la Fundación, las ayudas que la empresa privada daba al deporte en el municipio», explica. «Pero, a nadie se le puso una pistola en el pecho para que pagara. Era una participación voluntaria y nunca hubo represalias con quienes no colaboraron, ni ventajas para quienes sí lo hicieron», añade.

Duque reconoce que envió misivas a las mercantiles que hicieron obras dentro del Plan E. «Algunas empresas dieron dinero y otras no. A quienes colaboraban, se les daba un número de cuenta y hacían el ingreso directamente a través de Caja Cantabria». El exalcalde asegura que la carta se enviaba una vez. Después el compromiso se recordaba por teléfono. Duque, ya retirado de la política activa, admite su actitud «llorona» y que «me he podido pasar», pero en su ánimo sólo estaba «invitar a colaborar para ayudar al deporte».

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