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JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ
Viernes, 17 de febrero 2012, 17:13
La música es todo para él. Puro oxigeno, más que una forma de vivir y sentir. Confiesa que le resultaría muy doloroso tener que dedicarse a otra cosa. Dentro de 20 años se ve tocando en un garito pequeño con su guitarra acústica haciendo repaso de canciones compuestas y vividas, y cree que morirá siendo músico. A Raúl Gutiérrez 'Rulo' (Reinosa, 1979) la pasión le viene heredada de familia, como tantas otras cosas: su padre Tomás tocó en varios grupos y su madre Emi tenía un programa de radio con unas amigas. Así que en su casa de la Plaza de la Concordia siempre había guitarras y vinilos de Supertramp, Creedence, Beatles... Luego, la afición 'bajó' unos pisos hasta el portal, donde pasaba horas tocando con colegas, con la sorpresiva complacencia de los vecinos.
Pero la señal del destino que le indicó definitivamente que su futuro debía ser escrito a ritmo de acordes rockeros fue el primer gran concierto al que asistió: el de Los Suaves, en la fría navidad de 1990 en Reinosa, cuando contaba tan sólo con 11 años. «Ahí fue cuando me dije que tendría una banda de rock and roll», confiesa. Y desde entonces no paró: su primer grupo fue Suizidio, dos años de aventura. «Tocábamos francamente mal, pero le echábamos bastante morro». Después, su historia es un poco más conocida: 13 años en La Fuga, con la que alcanzó el éxito, publicó 8 discos y tocó en 5 países; y, tras una triste pero revitalizante separación, su actual proyecto de Rulo y la Contrabanda, con el que ya acumula un disco, otro en el camino y 59 conciertos en un año. Siempre soñó con esto, con conformar una biografía llena de canciones. Pero la juguetona realidad supera los anhelos. «Ya conseguí mucho mas de lo que soñé; por eso será bueno seguir soñando».
'Rulo' todavía se acuerda de la primera canción que compuso «en serio», 'El loco del parque', dedicada a un vecino y amigo de su barrio, Miguel Ángel Villegas. Más difícil es la tarea de elegir una entre el casi centenar que ha escrito de su puño y letra. Depende del momento y la situación. «Tal vez 'Heridas del rock and roll'». Muchas de ellas nacen en esa «carpintería de canciones» que es el estudio de su hogar en Reinosa, al que acude como refugio a cualquier hora del día y de la noche. Es su «rincón secreto». Reflexiona que lo más difícil es hacer «una bonita canción sencilla». Y por eso admira el 'Imagine' de John Lennon. Y a tantos otros artistas como Yosi (Los Suaves), El Drogas (Barricada), Enrique Urquijo (Los Secretos), Calamaro, Sabina, Fito, Antonio Vega o Bunbury, por ser capaces de crear un sello personal.
En este ya largo trayecto musical, en el que lleva inmerso 18 años, acumula sólo buenos recuerdos -y una colección de casi 2.000 discos-: viajes, países, culturas, amigos, artistas que ha conocido... «Pero no todo es de color rosa», advierte. Y siempre a su lado, en las rectas y en las curvas, su familia, su 'cenicienta' Cristina y su hija Ruth, a quienes se agarra cuando piensa tirar la toalla. Ambiciosos proyectos esperan en el camino cercano -gira de teatros, concierto en Londres...-, aunque la música se haya convertido en una vocación «con un punto masoquista importante» por el futuro incierto que rodea al sector. «Pero uno es músico siempre». A las duras y a las maduras. Rulo lo demuestra. Con palabras y obras.
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