«No hay nada peor que un peluquero cotilla»

Morlote y su equipo acabarán hoy desriñonados. Se pondrán a peinar a las once de la mañana y por sus manos pasarán todos los actores nominados a los premios Goya. Las estrellas se disputan a esta peluquera cántabra de Colindres. Artistas, modelos, políticos, toreros, deportistas... Nacionales e internacionales. Lo mismo engomina a Leonardo Di Caprio y Tarantino que le arregla el flequillo a Eugenia Martínez de Irujo o cuida la melena de SergioRamos. Su salón de belleza está entre los cuarenta mejores del mundo. ¿Su secreto? La discreción.

¿Cómo se llega a peinar a gente tan famosa?

Lo más importante en la vida es que te guste lo que haces y que lo sientas realmente. Con estos ingredientes el éxito está asegurado.

Además de verse bien, ¿qué desean sus clientas?

El boca a boca corre y llega un momento en que las celebrities confían en mí por la discreción. Porque hablar hay que hablar con ellas.

Hablar, ¿de qué?

Siempre charlo con ellas de diez a quince minutos antes de peinarlas. ¿Qué te gusta?¿Qué no te gusta?.

¿Ellas se lo cuentan todo?

Claro. Hago como un poco de psicoanálisis. Les pregunto qué es lo que no les ha gustado en la vida y, a partir de ahí, empiezo a diseñar el peinado y el maquillaje.

¿No se limita solo a cortar y peinar?

Hoy en día, esto lo puede hacer casi todo el mundo. Alguien que salga de una academia se puede poner a cortar y peinar y hacerlo fenomenal. Lo más importante es captar lo que quiere cada cliente y dar en el punto exacto con aquello con lo que se van a sentir cómodas, elegantes y diferentes. Hago moda con el peinado.

¿El método Lorena Morlote?

Consiste en diseñar un look único y actual.

¿Vende tendencia?

Pero personalizada.

¿Impone o dialoga?

Es muy importante escuchar. En diez minutos de conversación analizo cómo se mueven, cómo manejan las manos, cómo gesticulan, si se ponen el pelo detrás de la oreja, si se apartan el flequillo... Isabel Gemio, por ejemplo, llegó con su pelo largo y le dije: tienes que volver al corto. Es tu marca y seña de identidad, lo que te hace más mujer. Se lo he vuelto a dejar corto y está divina.

¿Es muy de fiar para que pongan sus cabezas en sus manos?

Saben que me gusta poner guapa y diferente a la gente.

¿Hay que saber venderse muy bien?

A veces es una técnica de marketing. Pero ¿de qué sirve venderse bien si luego no haces un buen corte o color?

Empezó a los 15 años...

... Maquillaba, peinaba y vestía a mis compañeras del instituto cuando nos íbamos de fiesta. Yo nunca les corté el pelo a las muñecas, sino a las amigas y a mis hermanos.¡A los 10 años! Mi madre me dijo: Lorena, deja el instituto y apúntate a una academia para estudiar bien la morfología del cabello.

No le ha ido mal. Hasta se encargó de la boda del príncipe Felipe y doña Letizia.

La peluquería estaba en obras. Abrimos cuando se casaron. Imagínese con todas las clientes que tenían cita... Estábamos ahí con un lavacabezas en una silla... ¡Y casi sin luces!

¿A quién peinó?

Tuve muchos invitados. La boda era tan grande. Políticos, realeza... Pero perdone que con gente así...

¿Le tembló el pulso cuando peinó a Quentin Tarantino?

Para nada. Le di un poco de gel y cera. Quizá me impuso más Elle MacPherson. David Carradine (protagonista ya fallecido de la serie televisiva Kung Fu) fue más exigente que Tarantino. Era un poquito especial con su pelo.

¿También Leonardo di Caprio?

¡Nooo! Trabajé con él cuando vino a promocionar Diamantes de sangre. Le maticé un poco la piel con polvos compactos para que no tuviera brillo en la cara y luego le engominé el pelito, que es lo que normalmente hago a los hombres, para dar bien en el photocall.

Habla muy bien de los Beckham.

De Victoria, siempre.

¿La peinaba a menudo?

Las visitas fueron continuas durante casi cuatro años. Había épocas que la atendíamos todos los días y otras una vez a la semana. Íbamos a su casa y venía a la peluquería. Es muy puntual. Hay clientas que te dicen que te pases a las ocho de la mañana, llegas a las nueve y aún no están preparadas.

Y Victoria, no.

Si ella te decía a las ocho, a menos diez ya estaba perfecta, con el pelo lavado. Nunca fue nada exigente con su pelo. Si haces lo que quieren, no puedes fallar. Aella le gusta el volumen y las ondas.

¿Qué tal tiene el pelo?

Tiene un cabello medio.

¿Qué es eso?

¿Sabe lo que pasa? Es que hablar de su pelo... Hay algunos que me pueden... Pon que tiene un cabello bueno.

¿Y el de su marido?

Normalmente, el cabello inglés es medio, que no es ni fino ni grueso. Es muy manejable y moldeable.

Tiene fichados a varios jugadores del Madrid.

Vienen todo tipo de futbolistas.

¿Qué tal lleva la melena de Sergio Ramos?

...

No suelta mucha prenda.

Claro. No hay nada peor que un peluquero cotilla.

Justificada o no, es la fama que casi siempre les ha acompañado.

Me horroriza nombrar tantos famosos. Esto de decir hago a fulanito y a no sé quién más... Aquí vienen todos por discreción. ¿Que atiendo a Melanie Griffith, Ramos o Eugenia Martínez de Irujo? Sí, pero hablar de ellos no es ético ni moral.Pagan y tienen derecho a la intimidad.

Es lo que tiene ser...

... ¡la peluquera oficial de las celebrities y de varios futbolistas! Lo sé. A KunAgüero le quité ese pelo largo argentino que llevaba y la cresta. El primer día que vino a la peluquería le dije: te tengo que cambiar ese look. Contestó: OK, lo que digas.

¿Y Paris Hilton?

Es como una muñeca. Es divina. Me iría al fin del mundo con ella. Nada exigente y perfecta. Le gusta absolutamente todo.

¿Es la responsable también del estilismo de doña Letizia?

No, no. Ella tiene su peluquera particular. La he conocido personalmente y sé que sigue mis pasos. Algún día sé que llegará a mis manos, pero de momento, no.

¿Es muy cara?

¿Qué es caro en la vida? Más vale gastar una vez bien, que no dos mal. El otro día le cambié la imagen a un empresario y le tendría que haber cobrado 500 euros. No solo le corté el pelo. Le asesoré también sobre cómo cuidarse el cabello...

¿Se siente la Karl Lagerfeld de la peluquería?

Como él, trabajé antes para otras personas y estuve un poco a la sombra. De repente, la gente se pregunta cómo he tenido tanto éxito en solo siete años. Perdona, llevo currando desde los 15.