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ÁLVARO SAN MIGUEL
Lunes, 26 de marzo 2012, 22:37
Los colegios Manuel Cacicedo (Santander) y Mateo Escagedo Salmón (Camargo) formarán parte del proyecto Escuelas Amigas de la Fundación Telefónica, que este año contará con la participación de 150 escuelas, 5.500 alumnos y 180 voluntarios repartidos entre España y doce países latinoamericanos. El objetivo del programa es utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para que niños de 10 y 11 años de un lado y otro del Atlántico puedan conocer otras realidades, trabajar en equipo y desarrollar sus propias competencias curriculares. El colegio Mateo Escagedo Salmón dio hoy su primer gran paso en el proyecto a través de una videoconferencia entre sus 46 alumnos de quinto de Primaria y los del colegio Nuevo Amanecer, de Nicaragua.
Desde el centro camargués aseguran que los chavales están encantados por conectar en directo con su escuela hermana. La interacción comenzó hace dos semanas -cuando arrancó el curso escolar en Nicaragua- a través de un blog en el que compartirán experiencias y actividades. «Ya hemos publicado algunos vídeos para presentarnos», aclara uno de los profesores del colegio Mateo Escagedo Salmón, que se muestra igual de ilusionado que sus alumnos. «Nos va a venir muy bien porque pondremos en juego algunos programas que ya tenemos en marcha, como uno de comunicación en prensa, radio y televisión. Y además de usar las TIC, el hecho de conocer otra realidad les bajará, entre comillas, un poquito los humos».
Y es que ésa es una de las características más importantes de las Escuelas Amigas. Como explica el director de Coordinación Territorial de la Fundación Telefónica, Joan Cruz, cuando el proyecto nació hace tres años estaba muy claro qué colegios iban a participar en Latinoamérica: «Tenían que ser escuelas en las que hubiera niños y niñas beneficiarios del programa Proniño, que trabaja por la erradicación del trabajo infantil».
Por eso, antes de aventurarse en el proyecto, los voluntarios de Telefónica -que son trabajadores de la empresa que colaboran con la Fundación en iniciativas sociales- visitan los colegios y explican a los chavales lo que significa el trabajo infantil. «Se les ponían los pelos de punta», explican desde el otro centro cántabro que participa en el proyecto, el Manuel Cacicedo. El año pasado ya participaron en Escuelas Amigas y conocen bien cómo influye en los alumnos. «Ven el trabajo infantil como algo muy lejano. Adquieren una cierta perspectiva, pero dan por hecho que tienen derecho a todas sus comodidades. Lo que ven raro es que los otros no tengan lo mismo y por eso, cuando les pones un vídeo de niños recogiendo basuras en un vertedero, alucinan».
Joan Cruz, de la Fundación Telefónica, explica que la base del proyecto es fomentar el trabajo colaborativo, el mutuo conocimiento y el respeto a la diferencia. «La idea es que los niños de los dos lados del Atlántico descubran que gracias a las TIC es posible tender puentes con compañeros que están a 10.000 kilómetros de distancia, que viven en realidades muy distintas, pero que, en el fondo, es mucho más lo que les une que lo que les separa». La directora del Manuel Cacicedo desvela algunos de esos puntos en común: «La pasión por el fútbol y la fascinación que sienten por la comida de otros países».
Programa
El proyecto arranca y se cierra con la actividad que más les gusta a los chicos, la videoconferencia. Entre medias se desarrollan cuatro actuaciones. Primero ejercen de reporteros y se cuentan los unos a los otros quiénes son. Luego toman el papel de antropólogos y describen sus costumbres, sus gustos, su forma de vestir y sus aficiones. En la tercera actividad hacen de guías turísticos y explican qué vale la pena conocer en su entorno. Y en la última hacen una entrevista a alguien de su comunidad que consideren que interesante para sus compañeros del otro lado del Atlántico.
Para terminar el curso, asumen el rol de emprendedores sociales. «Pretendemos que, tras cuatro meses trabajando juntos, descubran que hay problemáticas comunes para Cantabria y Latinoamérica, como la contaminación, la gestión de recursos naturales, de residuos, etc. Así, los dos colegios hermanados elaboran un decálogo conjunto de iniciativas para hacer frente a una problemática social», indica Joan Cruz.
Las conclusiones son muy positivas. «Desde el punto de vista pedagógico -explica la directora del Manuel Cacicedo-, el proyecto viene fenomenal porque los niños trabajan su entorno, sus costumbres... Y luego conocen la realidad de un país de manera directa y no a través de un documental».
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