Muere al lanzarse con su coche por el Faro

Un hombre de 52 años, natural de Santander, con las iniciales R. C. O., falleció ayer al mediodía al lanzarse con su coche por los acantilados del Faro de Cabo Mayor. A pesar de que los servicios de emergencia llegaron enseguida -ocurrió poco antes de las 12.30 horas-, los buzos rescataron su cuerpo ya sin vida en el interior del vehículo, que quedó sumergido en el mar. Decenas de personas, que a esas horas paseaban por el faro y sus alrededores, fueron testigos directos del luctuoso suceso, que causó un gran impacto, más cuando sólo un día antes otro hombre -éste por su propio pie- murió al precipitarse por el mismo sitio.

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«Llegó con su coche, solo, y se quedó ahí parado. Había muchísima gente, como veinte personas, asomadas a las barandillas viendo el mar. En un momento, la gente que había se retiró, y él aceleró a lo bestia y se lanzó. Estaba esperando a que no hubiese nadie delante». Así lo vivieron las guías del museo de Cabo Mayor, que, muy afectadas, contaron cómo lo vieron todo a través de la cristalera, que da justo frente al punto por el que se lanzó. «Se escuchó un golpe seco, fortísimo», añadieron, el que hizo el coche al impactar contra el muro de hormigón, que derribó, y la balaustrada, que arrancó de cuajo. Ellas fueron las que llamaron al 112, tras ser conscientes de lo que había pasado. «Tardamos cinco segundos en reaccionar. Todo el mundo se quedó unos momentos paralizado, impactado...».

El coche, que era «grande, gris metalizado», según el concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Gómez, que asistió al operativo, quedó totalmente hundido y encallado entre rocas. No fue difícil sacar el cuerpo, añadió, «porque al estar lleno de agua se pudo abrir la puerta con facilidad». La Cruz Roja se encargó de esta maniobra, dirigida por el buzo guía, que además es bombero. Condujeron el cadáver hasta una lancha de la Guardia Civil del Mar, que lo trasladó al puerto, donde la juez de guardia procedió al levantamiento del cadáver y, de allí, se llevó al tanatorio del Hospital Valdecilla para practicarle la autopsia.

Aunque el rescate se llevó a cabo por mar, al lugar se desplazaron varias unidades de los bomberos municipales, de la Policía Local, la Policía Portuaria, la Nacional y hasta el helicóptero del 112, que esperó en la campa de Cabo Mayor por si fuera precisa su intervención. En esta zona se arremolinaron muchos curiosos, algunos de los cuales habían sido desalojados de la parte de atrás del faro, y bajaron por Mataleñas para ver de frente el operativo, porque el acceso desde la parte alta está cortado por obras.

El Cuerpo Nacional de Policía acordonó la zona, que el Ayuntamiento iba a vallar más tarde hasta que el lunes la Autoridad Portuaria proceda a la reparación del muro derribado. En la zona lamentan que este tipo de sucesos ocurren con demasiada frecuencia. «En 65 años que llevo aquí, unas 50 veces, aunque es la primera que veo que lo hacen con coche», dijo el titular del bar del Faro.