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Decenas de afectados por las preferentes se cortaron el pelo para entregárselo a las entidades que no les devuelven su dinero. :: A. FERNÁNDEZ
Los afectados por las preferentes se cortan el pelo en señal de protesta
SANTANDER

Los afectados por las preferentes se cortan el pelo en señal de protesta

La Plataforma de Cantabria organiza un acto en La Porticada para denunciar la «tomadura de pelo» de las entidades bancarias

S. IZQUIERDO

Lunes, 2 de abril 2012, 02:04

Domingo de Ramos por la tarde. Cofrades de Oviedo, Zamora y Santander se abren hueco en la plaza Porticada tocando al paso. «Muchas gracias. Ahora seguimos nosotros. ¡Somos ahorradores, no inversores!», clama desde su altavoz uno de los portavoces de la Plataforma de Afectados por las Preferentes de Cantabria, que aprovecha a continuar con su reivindicación en cuanto la música cesa. Y es que ayer, los primeros no pudieron evitar darse de bruces con una concentración peculiar, gentil y cómica, en la que los afectados se cortaron la cabellera para llevar a la práctica la «tomadura de pelo» a la que los bancos les han sometido. Y la protesta incluía reparto de bandejas de embutido entre los asistentes, con el mensaje de 'no hay pan para tanto chorizo', y el humor de Gelo Fuentes para animar la fiesta.

«¿Quieres despedirte antes del pelo que vamos a mandar a las sucursales?», le dice Yolanda -una de las organizadoras de la iniciativa- a Susana -una vecina de Maliaño que metió «engañada» 30.000 euros en preferentes de Caja Cantabria-, que está preparada para cortarse las puntas. Los curiosos que se acercan preguntan mientras si se vende algo o si se trata de una actuación. No es de extrañar teniendo en cuenta que delante suyo hay cuatro personas sentadas en una silla esperando a pasar por peluquería, a su alrededor mesas con bandejas repletas de pinchos y, al fondo, el humorista cántabro a punto de entrar en acción. Los carteles con 'La Caixa roba, el Gobierno calla' o 'Peligro, banco robando', acaban despejando por sí solos la duda.

Los mechones empiezan a caer y a guardarse en las correspondientes cajas de cartón que en las próximas semanas harán llegar a cada uno de los bancos. Algunos son más cautos y otros se atreven con el rape. «Lo importante es hacer algo gráfico», dicen los organizadores.

Aurora, de 70 años, comenta que en 1999 metió en La Caixa 59 millones de pesetas en preferentes y, más tarde, «la herencia de mi madre, otros 20». También se atreven con el corte Carlos Iglesias, que invirtió 170.000 euros, y Manuel Mazo, empleado de fábrica de 51 años, que lo que más lamenta de haber dejado 86.000 euros suyos y 68.000 de su familia «es el trato que nos están dando en la sucursal de Solares». Ellos pusieron voz ayer a los 15.000 cántabros que invirtieron unos 400 millones de euros «pensando que eran a plazo fijo».

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