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ABEL VERANO
Jueves, 12 de abril 2012, 18:15
6,7 kilómetros de recorrido, 850 metros de desnivel, un pozo vertical de 300 metros (el mayor de Europa) y entre 20 o 24 horas para completar el sistema. Esta es la carta de presentación de la cueva Cueto-Coventosa, situada en la localidad de Arredondo, en la que nueve espeleólogos de Barcelona, Alicante y Elche se quedaron retenidos durante 30 horas el pasado fin de semana.
Dicen los expertos que para presumir de ser espeleólogo hay que recorrer esta cavidad, que está considerada de «primera división». Algunos, como Martín González, el excoordinador técnico del grupo de Espeleosocorro Cántabro (Esocán), la califica como el 'Mont Blanc' de la espeleología. «Es una de las más demandadas, porque se pueden dejar los coches muy cerca de la cueva. Además, es muy atractiva porque tiene varios recorridos, ya que cuenta con cuatro entradas. Lo que sí requiere es una gran preparación física y mental».
Cueto-Coventosa es la cavidad de Cantabria que más accidentes registra desde 1975. Entre 2004 y 2008, la media anual se situó en 87 accidentes, según un análisis estadístico elaborado por el propio Martín González. En la mayor parte de las ocasiones, las intervenciones fueron producidas por crecidas de agua y agotamiento. Precisamente, una crecida de agua en una de las galerías fue lo que retuvo a los nueve espeleólogos que tuvieron que acampar en la cueva a la espera de que bajara el nivel del agua para poder salir por su propio pie.
Hasta ahora, muchas han sido las actuaciones de espeleosocorro en la cavidad, pero la más grave se registró en junio de 1991, un año aciago en cuanto a siniestralidad en la cueva, cuando el espeleólogo británico Julien Vahan Smith falleció en un accidente mortal en el segundo lago de Coventosa. Un mes después, otro experto, el madrileño Esteban Galaz, sufrió una caída que le ocasionó un traumatismo craneal, y en diciembre de ese mismo año el espeleólogo Francisco Galla se fracturó un brazo al caer por un pozo.
Los expertos también recuerdan el aparatoso accidente que sufrió, en agosto de 1985, el suizo Eric Vogel, que se fracturó la tibia y el peroné tras una caída y, tras un polémico rescate, fue evacuado previa voladura. El último herido data del año 2003. Un experto de Granada tuvo que ser rescatado tras quedar atrapado en un agujero 'soplador' del que no podía salir debido a su corpulencia.
No pagarán por el rescate
Los nueve espeleólogos (los tres de Alicante y Elche salieron de la cavidad sobre las 23.50 horas, tres horas después del grupo de Barcelona) no tendrán que pagar por el dispositivo que se organizó para rescatarles y en el que intervinieron tres patrullas de la Guardia Civil, tres integrantes del Greim (Grupo de Rescate Especial en Intervención en Montaña) y siete miembros de Esocan. Y es que, a parte de tener su seguro, el Gobierno regional no ha empezado a cobrar las tasas por rescate que ha incluido dentro de los Presupuestos regionales de 2012.
En principio, por derechos de salida de un equipo de espeleosocorro, hasta las seis primeras horas se cobraría 515 euros. Y por cada hora adicional de intervención para el equipo de espeleosocorro (hasta el final de la intervención), 103 euros.
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