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Una bailarina danza entre los asistentes al son de los acordes del himno de los gitanos. / Sé Quintana
'Gelem Gelem' en el Parlamento
Día Internacional del Pueblo Gitano

'Gelem Gelem' en el Parlamento

El himno gitano sonó ayer en el edificio para celebrar su día internacional

ÁLVARO MACHÍN

Jueves, 12 de abril 2012, 10:56

La bandera de los gitanos es azul y verde. El azul del cielo y el verde de la tierra. Tiene una rueda en medio, una rueda como la de los carros con la que recorrieron la historia y el mundo. Es el símbolo de su viaje nómada por la tierra. Su himno es el 'Gelem Gelem', versos inspirados en aquellos que fueron recluidos en los campos de concentración nazis. Bandera e himno fueron reconocidos en el Primer Congreso Gitano, celebrado en Londres en 1971. Fue un 8 de abril y, desde entonces, cada año toca recordarlo. Y eso, aunque con unos días de retraso, es lo que se hizo ayer en el edificio de todos los cántabros. Porque el Parlamento es también, por supuesto, la casa de los 5.500 miembros de la comunidad gitana que viven en la región. Por eso, junto a la de Cantabria y la de España, ayer hubo una bandera azul y verde.

«Bienvenidos al Día Internacional de los Gitanos». Había ganas de aplaudir. Igualdad de oportunidades, formación, derechos y deberes... «Sin perder nuestra identidad como pueblo». Lo dijo la joven presentadora del acto y también José Antonio Cagigas. Al presidente del Parlamento le tocó dar la bienvenida. «Porque pluralismo, convivencia e integración son los valores de este edificio». Habló de avances, de pasos. «Y de discriminaciones reales que aún existen». En la educación está la respuesta. La de ellos y, sobre todo, la de ellas. «No reduciremos las desigualdades si los chicos y, sobre todo, las chicas no terminan la secundaria». Dio datos. «El 94% de los niños gitanos está adecuadamente escolarizado. Pero el punto de inflexión está en la Secundaria». Ahí está el reto. Reducir los casos de chavales que se retrasan con los cursos (hasta un 70%) y conseguir que no abandonen. Que no lo dejen antes de acabar. «Porque es preciso superar viejos prejuicios».

Alfredo Vargas, el responsable de la Plataforma Romanés, asentía con la cabeza. Él prefiere decir «inclusión» antes que «integración». Porque ya están, ya llevan tiempo. Cuando alguien dijo que de los gitanos sólo se conoce «el baile y la música», a una chica de la tercera fila, casi una cría, se le escapó un «eso es verdad». Vargas habló del romanó kaló, «uno de los idiomas más vivos del mundo». Y de los más antiguos. Habló de cultura. Después, enumeró en un largo repaso todas las actividades que han llevado a cabo este año en su colectivo. Desde reuniones con políticos hasta acompañar a familias para ayudarles a rellenar papeles. «Para que les entiendan».

Ejemplares en valores

Quedaba por intervenir Ignacio Diego, el presidente de Cantabria. «Valores como la familia o el respeto a los mayores. Sois ejemplares en ello». Primero el reconocimiento y, después, el consejo: «Siendo quienes sois, trabajad por ser siempre un poco mejores». Hasta un detalle para las «dos princesas» que había en la sala en brazos de sus madres. «Que en el futuro se sienten aquí, que sean el ejemplo de los objetivos de los que hoy hablamos aquí». «Feliz día», les dijo como despedida.

Y, antes de salir al patio, los nervios. Abel, Loli, Sara, Carlos... Los protagonistas del taller de empleo de la Plataforma Romanés enseñaron sus avances en forma de documental. Un cómic convertido en vídeo y en ejemplo. En historia gitana desde su llegada a España en el siglo XV «escapando de las guerras que nunca nos gustaron». De sus costumbres y sus oficios. Como aquella venta de lotes (restos de tela y otros productos) traducida hoy en mercado ambulante. «Pero los libros de historia no cuentan nada de eso», le dice en el documental un nieto a su abuela. «Se les habrá olvidado, hay que pensar en positivo». Sin rencores.

Los alumnos -y los profesores- compartieron el aplauso más rotundo con la voz y las manos expresivas de las intérpretes en forma de cante y baile de ese Gelem Gelem que une a los gitanos del mundo. Retumbó la sala del Parlamento elegida para celebrar el acto. «¿De dónde venís con las tiendas y los niños hambrientos?», dice la letra que pudo escucharse mientras una joven bailarina de ojos y pelo negro gitano recorría el pasillo entre las butacas. «Volveré a recorrer los caminos y caminaré con afortunados calós». Eso quiere decir.

Fue junto antes de salir al patio. De compartir comida y bebida con políticos y hasta con la Guardia Civil. «Si hoy hay gitanos que hasta son policías». Lo habían escuchado en el documental y todos habían reído juntos. Porque ayer el edificio era más suyo que de costumbre. Y todos se habían puesto en pie para escuchar el himno de Cantabria. Ese que dice 'Hermanos montañeses por siempre hemos de ser...'. Hermanos, gitanos, 'gachós'... Montañeses, cántabros todos, al fin y al cabo...

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