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ÁLVARO MACHÍN
Jueves, 3 de mayo 2012, 00:41
Habla de la sensación «absolutamente subjetiva» de un padre fallecido que le acompañaba, de Daniela -la muñeca de porcelana de «larga historia»-, del más allá, del miedo... En los carteles de 'No vengas solo' incluye hasta esa frase tan manejada de «puede herir su sensibilidad». Y no miente. Con Anthony Blake todo va en serio. El problema es que lo que ve este mago de la mente no es lo que ven los que le miran. Y, ahí, él manda. Blake juega y asombra. Está acostumbrado a las bocas abiertas. Pero no miente. Prefiere decir explicación que truco. «Y todo tiene una explicación...». Los que acudan al Casyc (viernes, 20.00 y 22.30 horas) y al Casino Liceo de Santoña (sábado, 20.00 horas), pasarán la noche buscando respuestas.
-En su espectáculo hay muñecas de porcelana, humo, fotos de cadáveres... Y, encima, se llama 'No vengas solo'...
-La gente, después de actuar en todos los años que llevo, que son casi treinta, me decía: «Señor Blake, me da usted miedo». ¿Miedo de qué? No es que yo sea un tío muy normal, pero tampoco soy tan complicado. Luego te das cuenta de que el miedo es el de estar con un tipo delante que sabe lo que estás pensando, aunque siempre advierto que es producto de su imaginación. Cuando llegó el momento de montar una nueva historia pensé en esto. No es un espectáculo de miedo, porque no se ofrece directamente a esa imagen que todos tenemos del miedo en este momento. Vinculada al cine, con cuatrocientos zombies y mucha sangre... Tampoco al susto. Si yo soy el que provoca la sensación de miedo. ¿A qué le tenemos miedo? Y ahí empieza 'No vengas solo'. Cuando los productores se enteraron del título apludieron con las orejas. Al menos vendemos dos entradas...
-En un momento pregunta si hay un médico en la sala. ¿Va en serio?
-Sí, sí... Hay un momento en el que hago conmigo mismo un ejercicio de cierto riesgo y lo pregunto. Más que nada por protegerme la espalda de algo que, de momento, no ha fallado y espero que no falle. Tiene que ver con si nos gusta hacer daño...
-¿No cree que de miedo ya andamos sobrados con el telediario?
-Totalmente. El verdadero 'horror show' está en los telediarios. Sin ninguna duda. Para el montaje del espectáculo estuve trabajando con un psicólogo y un psiquiatra. Hablando de los miedos que tiene la gente y cómo abordar su aparición. Los dos coincidían -cosa rara- en una cosa: el tipo de miedo que yo produzco es un miedo controlado. Como el de la montaña rusa. Te subes encantado, pero cuando te van a soltar ahí arriba piensas '¿qué hago yo aquí?'. Luego lo disfrutas y se acabó. Además, es un espectáculo 'anticrisis'. Durante la hora y media, no vas a tener tiempo de pensar en si hay crisis. Y, probablemente, en la hora posterior, tampoco. Estarás pensando en cómo narices lo hizo este tío.
-¿Para esta crisis hay truco?
-¿Truco? Que palabra tan fea... Hay técnica, estudio, trabajo... Truco es de las palabras más feas. Es sinónimo de trampa, engaño, de 'te pillé'...
-Bueno, en la crisis hay de eso...
-Anda, claro. En esta crisis hay de todo un poco y todavía falta.
-Dan ganas de pedirle que nos haga desaparecer por un tiempo...
-Caer todos en una especie de sueño. Todos dormiditos un par de 'añinos' o tres, que es lo que parece que va a durar esto... No suena nada mal. Volver al país de la bella durmiente. ¡Qué fuerte!
-Dijo usted que en España, cuando pasa algo diferente, la culpa la tiene siempre un enano. ¿No habrá tenido nada que ver en esto?
-Hombre, no. Pero el enano se les coló entre las piernas a todos, aparte de la colección de individuos que llevan años robando a manos llenas. Llega un momento que la bolsa... Me decía un amigo alemán que mi país era el más rico del mundo porque todos roban y todavía queda...
-¿Por qué prefiere que le llamen mago de la mente que mentalista?
-Mentalista es ese personaje que sale en todas las televisiones a partir de las dos de la mañana... Sale uno que te arregla la vida, habla contigo... Esos se autotitulan mentalistas. Yo no tengo nada que ver con esos personajes. Ni por lo más remoto.
-¿Hay mucho farsante?
-Todo. Vamos a ver... Los videntes no existen. Los psíquicos no existen. La primera vez que salta de una manera evidente todo esto del más allá, de los espíritus, de los poderes paranormales es a finales del XIX. La vida media del españolito creo recordar que era de 48 o 50 años. Los científicos investigaron en todo. Nuestra vida media es de 84 ahora. Las enfermedades de antes son ahora de risa. Hemos avanzado en calidad de vida, hemos llegado a poner un pie en la luna... Y, sin embargo, no hay una sola evidencia científica sobre las capacidades paranormales. Pero la historia continúa. Es como si yo te digo que tengo un primo de Venus. ¿Por qué a mí no me crees y sí a un tío que te dice que te va a arreglar la vida? Cada uno que se gasta la pasta en lo que quiera... Son 150 millones de euros los que se mueven al año en estos temas y un 75% es dinero negro, que no es ninguna tontería. Pero todos estos individuos no existen.
-El último fenómeno se llama Anne Germain...
-Menuda... Te dice (pone voz profunda): «Álvaro, tengo un mensaje de tu abuelo. Te perdona»... Y se queda más ancha que larga. Y, además, tu abuelo, que en su vida dijo 'yes' o 'thanks' habla un inglés perfecto con esta señora. «No, es que el lenguaje del más allá carece de idiomas...». Sí, y tú tienes un morro que te lo pisas. Yo la conozco desde hace años, antes de que llegara a España. Su primera aparición importante la tuvo en Canadá y, en su momento, tuvo que salir rapidito. También en Estados Unidos causó un cierto furor. ¿A quién no le gustaría volver a hablar con un ser querido muerto? ¿Tú no tienes un amigo que se haya matado en un accidente de coche? Pero bueno... Esta señora se aprovecha de eso y utiliza unas técnicas estupendas, pero que no dejan de ser técnicas. Técnicas parecidas y superiores son las que uso yo. También hay que tener en cuenta que está en la cadena de la carnicería. Yo te digo que lo de Anne Germain es mentira. Como lo mío. Pero yo al final digo que todo es producto de tu imaginación...
-Y cuando su mujer le echa la bronca, ¿le dice lo de 'es producto de tu imaginación'?
-En alguna ocasión se lo he soltado. Depende de la situación. A veces la cosa ha salido por romper a reírnos los dos o, una vez dicha la frase y vista la mirada de mi mujer, por desaparecer. «¡Ya empiezas!».
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