Borrar
Londres, tierra conquistada
MÚSICA

Londres, tierra conquistada

Numerosos seguidores cántabros acompañaron a Rulo en su concierto en la capital inglesa

JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ ,

Martes, 15 de mayo 2012, 15:32

El concierto de Londres estaba marcado de forma especial en el calendario de Rulo y la Contrabanda: por ser el último de la gira 'Señales de humo', con la que han ofrecido 69 directos y han visitado tres países a caballo de su exitoso primer disco; por actuar en Londres, una de las capitales del rock, y en una sala prestigiosa como la Scala, en King Cross, donde en los últimos meses han pasado grupos de primera fila de la música española como La oreja de Van Gogh, Vetusta Morla o Maldita Nerea; y por sumar un nuevo y destacado capítulo a una trayectoria que les está convirtiendo en un referente imprescindible del rock nacional actual. Pero además, esta cita fue adquiriendo en las últimas semanas otro dato lleno de emotividad, viendo el desplazamiento masivo de seguidores cántabros, sobre todo campurrianos, que se estaba organizando para acompañar a Rulo en la capital inglesa este pasado fin de semana. No faltó ni siquiera una despedida de soltera con las protagonistas vestidas con trajes tradicionales de la comarca o los miembros de la compañía de teatro Corocotta que acompañaron al quinteto en su pequeña serie de actuaciones en teatros.

Los más adelantados de la expedición viajaron el jueves, algunos incluso el mismo sábado, pero la mayoría lo hicieron el viernes, como la propia banda, convirtiendo el aeropuerto de Parayas en un centro de peregrinación de familiares, seguidores, amigos y vecinos. «Más que un concierto parece un viaje de fin de curso», comentaba Raúl Gutiérrez 'Rulo' ya dentro del avión, sorprendido, una vez más, por las muestras de cariño recibidas hacia su música y su persona. El trayecto aéreo de hora y media entre Santander y Stansted fue eso, una festiva excursión en que las que se sucedieron las fotos, las risas, los recuerdos de los dos años de este proyecto iniciado tras la salida de Rulo y Fito de La Fuga y se brindó tanto por el concierto de Londres como por el futuro del grupo, que continúa sin freno esta misma semana con el inicio de la grabación del segundo disco. Hubo también tiempo para bromear, de forma macabra, con lo reducido que quedaría el censo de Reinosa en caso de que el avión tuviese algún incidente.

La llegada a Londres en la tarde del viernes con el sol del atardecer iluminando la ciudad supuso el pistoletazo de salida a la invasión cántabra sobre el 'imperio británico', a los que se sumaron otros amigos y familiares de los expedicionarios residentes en la elegante e histórica ciudad que albergará este verano los Juegos Olímpicos. El trayecto camino de su hotel fue aprovechado por Rulo, Fito Garmendia, Txarli Arancegui, Quique Mavilla y 'Pati' Barraldés para hacerse algunas fotos de recuerdo en lugares emblemáticos como el Tower Bridge, algunas de las cuales irán incluidas en el libro que piensan publicar en junio a modo de recorrido en imágenes por todos los rincones de 'Señales de humo'.

El sábado, el turismo marcó la agenda de la expedición cántabra que, en sus distintos grupos, se iba encontrando en los lugares más turísticos de Londres: Picadilly Circus, Oxford Street, Covent Garden, Nothing Hill, Trafalgar Square, la abadía de Wetminster y, como no, el Big Ben, hasta donde también se acercaron los integrantes del grupo cántabro para realizarse una sesión fotográfica para EL DIARIO MONTAÑÉS, que se puede consultar en la galería de fotos de la web.

El siguiente paso de los músicos era una visita a Camden Town pero un taxista poco -o demasiado- hábil varió su ruta, les alejó bastantes kilómetros del destino y frustró la visita al histórico mercadillo en lo que se convirtió en una de las anécdotas más comentadas del fin de semana. No fue la única 'mala' noticia porque la llegada del equipo técnico desde Madrid vino acompañada de la rotura de una de las guitarras preferidas de Rulo. Gajes del oficio.

La tarde de los seguidores viajo sin remisión entre más turismo y la llegada de más refuerzos desde España, mientras la banda descansaba y realizaba la obligada prueba de sonido en una sala entonces vacía que horas más tarde se convertiría en un auténtico hervidero lleno de público. Y es que el punto culminante del viaje a Londres respondió a las expectativas: minutos antes del inicio del concierto, organizado gracias a Rock sin subtítulos, la sala Scala ya estaba tomada por centenares de cántabros, que hacían visible su presencia con banderas de Reinosa, otras con el emblema del lábaro, cánticos regionales y una misma camiseta diseñada especialmente para el concierto que sobreimpresiona el nombre del quinteto sobre una desgastada bandera británica. A ellos se sumaron otros muchos españoles residentes en la capital británica e historias llenas de simbolismo que explican el fervor que despiertan Rulo y los suyos, como la de un grupo de chicas valencianas que habían viajado el mismo día del concierto y regresaban tras el mismo o tres jóvenes italianas que lo hacían desde Nápoles, entre otras múltiples anécdotas.

Un día histórico

El concierto, por todas estas razones, fue muy especial, lleno de emotividad, teniendo todos los presentes, los de encima y debajo del escenario, la seguridad de estar ante un día histórico ya que no es muy frecuente ver a un grupo cántabro actuar en una de las salas de moda de una las grandes capitales musicales del mundo. El repertorio elegido por Rulo y la Contrabanda repitió muchos de los esquemas del resto de la gira, desde el inicial 'No sé' hasta el punto final con 'La cabecita loca', pero hubo algunos giros inesperados, licencias acústicas, algún tema rescatado del baúl y, sobre todo, mucha emotividad. Los fans lo dieron todo y el grupo se fundió con ellos en un gran abrazo musical dominado por la emoción del momento, que embargó a todos los presentes. Cuando el reloj marcaba las doce de la noche y el concierto llegaba a las dos horas de duración tras dos tramos de bises, fue el momento de la despedida, con un mensaje lanzado al cielo por Rulo de que volverán a subirse al escenario, con disco nuevo, en siete meses. Un hasta luego no demasiado largo y otra fecha marcada, por tanto, para el reencuentro y para volver a demostrar que la música es un veneno dulce que no entiende de fronteras ni de distancias y sí de vidas e historias en forma de canciones.

La noche fue larga para todos -al concierto le sucedió una fiesta de música española- y se dejó notar en la mayoría que eligieron el domingo al mediodía para regresar vía aérea de Stansted a Santander en un vuelo mucho más relajado y adormecido. Rulo y los suyos lo harían vía Madrid. Pero por encima del cansancio y el sueño sobresalía entre todos, con independencia de la edad, la sensación de haber vivido una gran y divertida excursión de fin de curso a Londres dirigida por las manos 'maestras' de cinco músicos de primera fila.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Londres, tierra conquistada