El Cayón cae en O Morrazo y dice adiós al ascenso

El Cayón terminó ayer en Galicia su andadura en la fase de ascenso a Segunda B. No pudo con un Alondras al que había dominado en la ida, ni tampoco con la presión. Sólo había perdido dos partidos fuera de casa el Cayón en lo que va de temporada. En O Morrazo perdió el tercero de manera inapelable, víctima de su propia cabeza. Planteó el choque de manera conservadora, dejando en el banco al héroe del partido de ida, Mario Salcines y con Ibrahim muy sólo en punta.

Acabó el encuentro con dos hombres menos y sin contar un sólo disparo entre los tres palos. Sobrevivió mientras se mantuvo el empate gracias al orden defensivo, pero cuando quiso plantar cara se vio desarbolado por el juego de los locales. Andrés se convirtió en su verdugo con dos goles al inicio del segundo tiempo.

Comenzó avasallando el Alondras, dispuesto a recuperar cuanto antes la desventaja del partido de ida. No había mejor arma para tan ardua misión que el olfato goleador de Santi Domínguez y hacia él fueron los primeros balones. Lo buscó desde un costado Jacobo, que midió con precisión milimétrica el centro. El máximo goleador del Alondras falló el remate en inmejorable posición.

También lo buscó desde el otro lateral Mauro. Llegó hasta la línea de fondo y envió el pase con potencia, a ras de suelo. Pifió el despeje More y Domínguez no llegó por centímetros.

Apenas respiraba el Cayón, condenado a vivir cerca de su área, manteniendo con esfuerzo el orden defensivo. Ibrahim estaba aislado en la delantera. A mucha distancia, Chili, Javi Conde y Marcos intentaban sin éxito llegar a las pelotas sueltas.

Se desperezó el Cayón

Menguó la presión local a medida que se apagó el furor de la arrancada. Se desperezó el Cayón que, por fin, pisó campo contrario. No cambió, sin embargo, sus argumentos, siempre limitados al juego aéreo, a la pelea de Ibrahim y las llegadas apresuradas de los extremos. Su mejor opción nació en un córner. Golpeó excelentemente Marcos y no consiguió embocar en línea de gol Ibrahim.

Ahí se acabó la producción ofensiva de los visitantes. Confiaron su suerte a la eficiencia de su zaga.

Llegó entonces la expulsión de Óscar Fernández por una segunda amarilla. Con un hombre menos, el orden defensivo del Cayón desapareció y, poco después, su templanza. Ibrahim se fue a la caseta por increpar al colegiado.

Entre las expulsiones apareció Andrés para decidir la eliminatoria en apenas 10 minutos. Marcó primero en un saque de esquina, cabeceando en la misma línea de gol. Y puso a su equipo por delante en la eliminatoria al aprovechar un remate de Jacobo al palo.

Aún así, no tuvo fuerzas el equipo cántabro, físicamente roto, para intentar la remontada. Lanzó último ataque, en el que puso más corazón que razón.

Al final, el Alondras se llevó la victoria y el Cayón la satisfacción de haber disputado la primera ronda de la primera fase de sus 97 años de historia.