«¡Ah sí!, el céntimo sanitario, ¿cuándo dice que lo ponen?»

«¿Céntimo sanitario? ¡Ah, sí...! Algo he oído. ¿Cuándo dice que lo ponen?». Los 4,8 céntimos de más que cada conductor pagará por litro de carburante pasaron inadvertidos para muchos de los clientes de las estaciones de servicio y gasolineras de la región, que ayer, el primer día de la implantación del impuesto, repostaron sin acordarse de la subida. Incluso en los límites oriental y occidental de Cantabria los conductores siguieron bien con su costumbre o azar habituales, pese a tener la posibilidad de echar combustible a un precio más económico a escasos metros -el País Vasco no aplica el 'centimazo' y en Asturias la tasa es de 2,4-.

«Lo que tenían que hacer era recortarse ellos (los políticos) el sueldo y dejar al contribuyente tranquilo», comenta Antonio Gorriarán, un vecino de Muskiz mientras reposta en la estación de servicio El Haya, en la pedanía castreña de Ontón. Esta gasolinera es una de las pocas -si no la única- de la región que han decidido no incrementar el precio y asumirlo de su bolsillo para que no repercuta en los clientes. La razón no es otra que la competencia que supone para ellos tener tan próximas las estaciones de servicio del País Vasco, con precios más económicos. «Tenemos clientes de toda la vida. Qué vamos a hacer si no», explica Jose, uno de los trabajadores del surtidor de El Haya.

Allí, la actividad ayer fue «como la de cualquier otro día» y los clientes, en su mayoría, llenaron los depósitos sin saber que el 'céntimo sanitario' no ha llegado hasta esta gasolinera de Cantabria. «Ahora que lo sé, echaré aquí y no en Castro. Oiga, que la vida está muy cara», dice Jon Hornes.

Otros, en cambio, reconocen que no les importa pagar algo más, como Iñaki Sánchez, que gasta unos 80 euros en gasóleo a la semana: «Siempre y cuando sea para Sanidad...». Pese a ello, la gran mayoría de los clientes se muestra contrario a cualquier tipo de subida.

Al otro lado de la frontera, en la localidad vizcaína de Ugaldebieta, se encuentra una estación de Petronor, en la que sí han notado positivamente el efecto del famoso impuesto. «¡Hacía que no trabajábamos así un sábado por la mañana...!, afirma Daniel, uno de los empleados.

Lo mismo en Unquera

Al extremo occidental de Cantabria, la implantación del 'centimazo' tampoco ha tenido demasiada repercusión sobre la actividad habitual de la estación de servicio 'Combuscan', que se sitúa junto a la localidad de Unquera y ha aumentado sólo dos céntimos el carburante en lugar de los 4,8 establecidos por la Administración. «Hemos hecho un «aterrizaje suave» de este impuesto para «ver cómo repercute en los clientes», asegura su gerente, Raúl Lebeña, que mostró su malestar «ante la falta de información oficial» sobre cómo realizar la devolución de la subida a los transportistas -su principal base de negocio-.

Lebeña destacó que cuando sí se ha notado una mayor actividad ha sido los días previos a la entrada en vigor. «El jueves y viernes parecía que se iba a acabar el mundo», dice Guillermo Gutiérrez, uno de los operarios de la estación.

Lógicamente, los clientes que más mirarán el bolsillo a la hora de repostar son aquellos cuyo trabajo esté relacionado con la carretera. Como Tomás Ortiz, un transportista de sobaos, que confiesa haber parado en la estación de Unquera porque «me he fijado en el precio y sigue siendo más barato que en otros lugares». «El ahorro de unos céntimos por litro me supone una importante cantidad a final de mes», afirma.

Para otros, en cambio, les es indiferente que suba o baje. «Seguiré repostando en mis lugares habituales», asegura Francisco Alonso, otro cliente en Unquera. En el resto de la región el precio se incrementó según lo estipulado. «¿No lo ve?», dice una empleada de la gasolinera de Colindres. «¡Qué le vamos a hacer!».