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María José Macho, a la entrada al barrio en el que vive. :: CAVIA
El túnel de la Estación de Los Corrales deja aislado a un barrio del casco urbano
LOS CORRALES DE BUELNA

El túnel de la Estación de Los Corrales deja aislado a un barrio del casco urbano

Los vecinos de la Puerta del Sol denuncian que el acceso a sus calles está «sucio, húmedo y oscuro» y por eso «no pasa nadie y apenas quedan comercios»

NACHO CAVIA

Viernes, 31 de agosto 2012, 02:47

Los vecinos del barrio de la Puerta del Sol, en Los Corrales de Buelna, se sienten marginados desde la apertura del túnel de la Estación. Tanto es así que apenas quedan establecimientos comerciales de ningún tipo, sus casas están agrietadas por aquellas obras y ahora sufren un paso para peatones subterráneo «sucio, húmedo y oscuro». Así lo decía ayer una de las vecinas que ha capitaneado desde el principio las protestas del barrio, María José Macho.

Recuerda que ya advirtió hace unos años, tras abrir ese paso subterráneo, del riesgo de marginalidad de todo el barrio, «y ahora es una completa realidad, sin comercios, la gente no pasa para nada por aquí y las administraciones no nos atienden, echándose los trastos unos a otros».

En realidad el barrio se muere, se mire como se mire. Solo queda una pequeña joyería al final de la calle y la sede de un sindicato. Bares, tiendas, peluquería, farmacia, juguetería, fonda, estanco y quiosco desaparecieron hace tiempo, paulatinamente. Y los vecinos se van marchando, la mayoría para acercarse al centro o irse a otros lugares. Cuando se plantean vender sus antiguas casas en la Puerta del Sol de Los Corrales de Buelna, ni pueden, porque los técnicos certifican el mal estado de cimientos y pilares. Así que parece que los carteles de 'Se Vende' se harán tan viejos como las propias casas.

La gente no pasa por ahí y ellos tampoco se atreven a salir mucho. Para ir al centro tienen que atravesar un paso, en el túnel, en muy mal estado. No hace falta que llueva para que las filtraciones de agua conviertan las escaleras en un peligro, la suciedad se acumula en los focos de una iluminación más que escasa que, según los vecinos, suele fallar, y, por su puesto, por la noche el miedo es libre.

El problema está en que no saben a qué administración recurrir. El Ayuntamiento no tiene competencia porque el túnel no ha sido recepcionado, por lo que sigue siendo del Ministerio de Fomento. Ni siquiera la Dirección General de Carreteras del Gobierno de Cantabria ha asumido la competencia de ese tramo por su estado. Así que los vecinos siguen apelando a que alguien, sea quien sea, les atienda.

María José Macho recordaba que el Ayuntamiento había aprobado unas ayudas de 30.000 euros para los afectados por las obras en ese barrio «que nunca llegaron». Explicó que con ayuda de las administraciones se mejoraron las fachadas de algunos de los edificios más modernos de la zona, «pero nada más, y desde luego los empresarios no hemos recibido nada». Lo dice como miembro de una familia que regentó una farmacia en ese barrio, una botica que ya se ha trasladado al centro de Los Corrales.

Quien se lo iba a decir a los abuelos de esos vecinos. A principios de siglo eran miles las personas que pasaban por esa calle en dirección a las empresas de la zona. Hasta tal punto que se cuenta que el ruido de las albarcas, que entonces calzaban, en las horas de entrada y salida, marcaba el ritmo del barrio e incluso de buena parte del pueblo.

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