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NACHO GONZÁLEZ UCELAY
Miércoles, 17 de octubre 2012, 10:22
El exalcalde pedaneo de Mompía, Cecilio Merino, se debate entre la vida y la muerte en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Valdecilla a causa de las gravísimas heridas sufridas durante el salvaje asalto a su domicilio perpetrado el lunes por la noche por tres individuos que fueron capturados por la Guardia Civil gracias a la intervención heróica de uno de los hijos del propio Merino y de varios vecinos de la familia. No sólo dieron una pronta voz de alarma sino que retuvieron a dos de los asaltantes a la misma puerta de la vivienda. El ataque dejó también herida leve a la madre del expolítico, una mujer de 92 años de edad, y muy tocada la moral del barrio, desolado por el suceso.
Los detenidos responden a las iniciales de J.G.S., B.I.M.G. y S.J.R., los tres de nacionalidad española y todos ellos con antecedentes por tráfico de drogas.
Armados con un cuchillo de considerables dimensiones y una maza -recuperados dentro de la casa-, los atacantes, todos encapuchados, llegaron a las diez y media de la noche a bordo de un vehículo blanco que estacionaron a la misma entrada de la vivienda de Cecilio Merino, un chalé de dos plantas que está situado en la avenida de Mompía, en el término municipal de Bezana, a escasos 70 metros donde una placa hecha en bronce recuerda la popular carrera de los 100 kilómetros. Dentro, el expedáneo, de 72 años, se disponía a acompañar a su madre a la planta superior del inmueble, donde ya se encontraban su esposa y uno de sus nietos.
Forzando una de las ventanas situadas junto a la puerta principal, los tres individuos consiguieron introducirse en la planta baja del edificio, donde todavía se encontraban Merino y su madre, quienes no tuvieron tiempo de reacción. Los asaltantes, que buscaban dinero, iniciaron un violento registro durante el que propinaron una paliza brutal al dueño de la vivienda, al que golpearon en la cabeza repetidamente provocándole gravísimas lesiones, e hirieron levemente a su madre.
Intervención de los vecinos
Sobrecogida, la esposa de Merino, un hombre de buenos negocios y muy apreciado en toda la localidad, arrancó de su garganta un grito de auxilio que se oyó en todo el barrio: «¡Socorro, están matando a mi marido!», exclamó.
Llegados de las viviendas cercanas, y de otras que no lo están tanto, algunos vecinos alarmados por el jaleo fueron acercándose hasta la vivienda, de la que vieron salir a los tres sospechosos, aún encapuchados y por lo visto muy alterados, se desconoce si con o sin botín porque si lograron llevarse algo la Guardia Civil no lo ha dicho.
Sí ha dicho, y recalcado, que la intervención de algunos de ellos resultó «determinante» en la detención de los tres ladrones.
Al parecer, uno de los asaltantes emprendió una breve huida a pie que abortó uno de los tres hijos de la víctima, cuya llegada a la vivienda coincidió con la salida de los ladrones. Al verle correr a la altura de su vehículo, el chico abrió la puerta y se abalanzó sobre él logrando reducirle con la ayuda de algunos de sus convecinos. Otro fue interceptado a unos 200 metros del inmueble y retenido allí hasta la llegada de las primeras dotaciones de la Guardia Civil, que llegaron a tiempo de hacerse cargo de los dos sospechosos y lanzarse a la búsqueda del tercero, interceptado en la autovía A-67 (junto a Merkamueble) a bordo del vehículo utilizado para cometer el robo.
El arrojo de los vecinos de Merino, que plantaron cara a los ladrones sin saber en realidad a lo que podían enfrentarse, fue «decisivo», repetían ayer los investigadores, que tienen dudas de que en el asalto participara un cuarto individuo como aseguran algunos testigos. Las dimensiones del vehículo que usaron para desplazarse y el abundante material hallado en su interior hacen pensar a los especialistas que en el coche no había sitio para una cuarta persona.
En estado crítico
Fueran tres o fueran cuatro, lo cierto es que los atracadores dejaron atrás a un hombre muy malherido, Cecilio Merino, de 72 años de edad, que fue evacuado urgentemente hasta el Hospital Valdecilla, donde a última hora de la tarde de ayer tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de las lesiones que presentaba en la cabeza sin que al cierre de esta edición se hubiera hecho público parte alguno respecto al estado de salud que presentaba el exalcalde tras la operación.
«Pelea por su vida», decía ayer un familiar preocupado por Merino. Por él y por la madre de la víctima, que con 92 años fue testigo presencial del salvaje ataque sufrido por uno de sus hijos, recibió un corte que le causó una herida de carácter leve y pasa, en estas largas horas, el difícil trago del recuerdo de tan aterradora escena.
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