Modesto Lomba mete la tijera

La moda española se deshilacha. A los jirones causados por los embargos millonarios que ha sufrido la pareja sevillana Victorio&Lucchino y los cierres de las tiendas de David Delfín, Carmen March y Carlos Díez, se suma ahora el desmantelamiento del taller de Modesto Lomba. El modisto vitoriano y presidente de la Asociación Creadores de Moda de España (ACME) ha metido la tijera y despedido de un plumazo a cuatro de sus cinco empleados. Solo mantiene a una patronista de su actual equipo técnico.

El diseñador prepara nuevos «formatos empresariales» para ahuyentar los fantasmas de la crisis y asegurar «el futuro» de la compañía, intentando darle un nuevo vuelo. Planea externalizar parte de su producción mediante «subcontratas», según aseguró ayer a este periódico. «Nos estamos ajustando a la bajada de las ventas. Las cosas están cambiando y hay que adecuarse a los nuevos tiempos que se avecinan», argumenta.

Algunos de los empleados que han colaborado codo con codo durante los últimos años se verán las caras con Lomba, el próximo 8 de noviembre, ante los tribunales. Agustina Giles, que llegó a trabajar con el difunto Luis Devota, dando nombre al populoso tándem Devota&Lomba, ha denunciado el impago de las nóminas de los cinco últimos meses. En total, cuenta que se le adeudan algo más de 5.000 euros. Prácticamente, la misma cantidad que al resto de trabajadores que han acabado también en la calle: una cortadora, una modista, el jefe de taller...

Los afectados aseguran que los problemas económicos con el modisto y empresario alavés han sido «una constante» a lo largo de toda la historia. «Nos retrasaba muchas veces el abono de los salarios o simplemente nos pagaba solo medio mes. Siempre hemos andado así», señalan. Según Giles, la empleada más veterana, la compañía fue tirando adelante «a base de promesas incumplidas». «Lomba siempre nos comentaba que iba a pedir préstamos o que, por favor, no le abandonáramos y que le hiciésemos los diseños con los que acudir a la pasarela». Pero la situación terminó de estallar la pasada primavera, a raíz de que un juez, según explica Giles, «interviniera» las cuentas del modisto tras perder el juicio contra su secretaria, a la que también había despedido el año anterior.

El pasado viernes, los cinco empleados recibieron la carta de despido. Su equipo técnico asegura que el modisto alegó la imposibilidad de abonar el pago de los salarios al tener intervenidas sus cuentas del BBVA y el Santander. «Lo que más nos molestó es que del 2 al 4 de octubre montó un mercadillo de prendas de temporadas anteriores y, en lugar de pagarnos parte de los atrasos con los 14.000 euros que facturó, se quedó con todo el dinero porque dijo que tenía muchas deudas».

Giles asegura que Lomba recibió también este mes 10.000 euros por un viaje de trabajo a Mexico, pero «nosotros no hemos visto nada. Nos ha engañado hasta que nos ha echado», remata.