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MARIANA CORES
Sábado, 3 de noviembre 2012, 13:19
Agregó que «yo ya estaba mosqueado, porque el año pasado fue horroroso. No pararan de tirarnos huevos. Espero que hay vigilancia».
La multitudinaria pelea entre adultos y adolescentes que se produjo en la noche de Halloween ya tiene sus primeras consecuencias: cuatro denuncias presentadas (una de un adulto y tres de menores), quince personas identificadas por la Policía Nacional y tres partes médicos por diversas lesiones, todas ellas consideradas leves. El caso, además, terminará ante la Fiscalía de Menores.
Tal y como informó ayer este periódico, todo sucedió a partir de las ocho y media de la tarde, en la calle La Pereda, frente al bar La Tertulia. La moda de lanzar huevos (que ya se ha extendido a otras zonas de Santander) terminó en una multitudinaria pelea entre adultos y adolescentes en la que participaron medio centenar de personas.
De momento, por las dependencias de la Policía Nacional ya han pasado tres personas, citadas a declarar y a explicar lo sucedido. Se espera que en los próximos días lo haga el resto de los implicados en el «tumulto» y que fueron identificados en el mismo lugar de los hechos.
El atestado policial, levantado por los agentes que intervinieron en el altercado, ha sido trasladado ya al Juzgado de Guardia, que abrirá las oportunas diligencias para determinar quiénes son los responsables iniciales de la reyerta. La investigación policial se pondrá en conocimiento de la Fiscalía de Menores. La Policía Nacional, que acudió al lugar de los hechos con cuatro dotaciones y un par de coches de la Policía Local como apoyo (ésta no emitió parte alguno), califica la pelea de «riña tumultuaria, ya que no hay un autor específico».
La rivalidad entre las juventudes de Cueto y Valdenoja es algo que viene de lejos y que ya ha provocado en anteriores ocasiones otros conflictos. Sin embargo, en esta noche de Halloween hicieron frente común en su misión de embadurnar todo el barrio de huevo, como ya hicieron el año pasado también en la celebración de Halloween. Según el parte de la Policía Nacional, el origen del enfrentamiento entre unos cincuenta jóvenes, de 16 y 17 años, y una docena de adultos, clientes de La Tertulia, estuvo en la provocación de un grupo de chicos, que utilizaron una moto aparcada frente al bar a modo de banco para sentarse, y el cabreo del dueño que se encontraba en la terraza del bar, que no dudó en increparles para que se bajasen. De esta forma llegó la primera bofetada. El resto, vino en cadena.
A partir de ahí, las versiones de los testigos difieren. Juana María Fernández, madre de uno de los menores que se recupera de la «paliza que le dieron dos señores», explica que su hijo salió en defensa de la niña de 13 años «a la que una mujer le plantó una buena bofetada. Mi hijo no pudo hacer otra cosa que defenderla, lo que le costó otro señor bofetón a él, pero por parte del marido. A éste se le unió un amigo y entre los dos le dieron una buena paliza».
Mientras la pelea se producía, Juana María dice que recibió un mensaje en su teléfono contándola lo que sucedía. «Inmediatamente me subí al coche, una furgoneta familiar. Cuando llegué no me podía creer lo que estaba viendo. Mi hijo apenas era capaz de andar y era sujetado por ambos lados por dos amigos».
Su versión no coincide con la del dueño del bar, que asegura que fueron los jóvenes lo que lanzaron huevos contra sus clientes, alcanzando a sus hijos pequeños. A partir de ahí, se lío la ya relatada batalla campal.
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