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El suceso, que se produjo en la autovía A-8, en la entrada de Ontón, provocó imágenes dramáticas. / Sane
"El pobre Pedro apenas tuvo tiempo de decir a Marimar y Diana que se apartaran"
En ontón

"El pobre Pedro apenas tuvo tiempo de decir a Marimar y Diana que se apartaran"

Marimar Saiz y Diana León, vecinas de Hoznayo y Santander, fueron arrolladas por otro vehículo cuando se bajaron del suyo tras impactar con el animal

M. CERRO

Lunes, 5 de noviembre 2012, 21:22

«Han tenido toda la mala suerte del mundo». La frase de un miembro de los servicios sanitarios de la DYA resume con exactitud el trágico accidente que tuvo lugar ayer en Ontón y que acabó con la vida de Marimar y Diana, vecinas de Hoznayo y Santander. Y todo por un jabalí de unos 90 kilos que se cruzó en sus caminos y convirtió en drama un viaje de fin de semana. «Vienes de disfrutar y pasa esto». Es la única frase que pudo pronunciar uno de los familiares de las dos fallecidas, que acudió al lugar del siniestro. El suceso se produjo pasadas las seis y media de la tarde en el kilómetro 141 de la A-8, a la altura de la pedanía castreña de Ontón, en dirección Santander. A esa hora un jabalí invadió la autovía provocando el caos. Primero un Seat Ibiza que circulaba por el carril derecho impactó con el animal desplazándolo hacia el carril izquierdo donde, a su vez, fue arrollado por el Citroën C4, que conducía Pedro y en el que viajaban su hermana Marimar, de 47 años, y su novia Diana, de 43. Pero la desgracia estaba por llegar.

Impacto brutal

Mientras las dos mujeres esperaban en el cebreado de la salida de la autovía hacia Ontón a que Pedro señalizara el accidente, un tercer choche, un Nissan Primera, en el que viajaba un hombre y una niña de 14 años, al intentar esquivar los destrozos ocasionados por el accidente, perdió el control del vehículo y embistió a Marimar y Diana, que perdieron la vida en el acto. Fue un impacto brutal. Los cuerpos fueron lanzados a 40 y 55 metros, respectivamente. «El pobre Pedro apenas tuvo tiempo de decirles a su hermana y su novia que se apartaran, que en el triángulo pintado a franjas de la salida de la A-8 no estaban seguras». Según relataba entre sollozos un familiar, un segundo después las dos mujeres fallecían. El conductor del Nissan Primera salió ileso, pero la niña resultó herida y fue trasladada al Hospital de Cruces por una ambulancia de la DYA.

Pedro, Marimar y Diana volvían a sus casas después de pasar un fin de semana fuera. «Creo que en Pamplona y se disponían a hacer una última parada en Ontón antes de volver a Hoznayo», señalaba un hermano de Pedro y Marimar, hundido por el trágico suceso, y que reconocía que «ahora que acabo de superar un cáncer y que parecía que todo nos empezaba a ir bien, nos pasa esta desgracia».

Estampa dramática

Los cuerpos sin vida de Marimar y Diana tapados con mantas, una pulsera en el suelo a pocos metros, trozos de jabalí esparcidos por la carretera que operarios del servicio de mantenimiento de carreteras estaban retirando - «está deshecho entero», decía uno de ellos-, restos de los vehículos siniestrados, marcas de las frenadas en el suelo y, sorprendentemente, silencio, mucho silencio. La estampa que dejó el trágico suceso era dantesca. Y por la mente de todos los que allí estuvieron las mismas palabras: desgracia y mala suerte. En estado de shock, Pedro fue atendido en una ambulancia, pero, en ocasiones, levantaba la cabeza para ver lo que estaba sucediendo fuera. A unos metros, en la furgoneta de Atestados de la Guardia Civil, el conductor del Nissan Primera, con la mirada perdida.

Y todo ello mientras los agentes hacían su trabajo midiendo las frenadas de los coches y los sanitarios del 061 y de la DYA guardaban sus equipos e iban abandonando el lugar de los hechos al no poder hacer nada más. Pasadas las ocho de la tarde, los servicios funerarios llegaron para retirar los cuerpos sin vida de Marimar y Diana.

Trágico desenlace

Poco a poco, la salida de la autovía en Ontón recobraba la normalidad, dejando el drama como huella. La carretera se había cobrado dos nuevas víctimas, esta vez, por culpa de un jabalí que irrumpió en la autovía y que originó el trágico desenlace. Marimar y Diana perdieron la vida y el dolor se trasladó a sus familias, que aguardaban su llegada después de haber disfrutado del fin de semana. Un regreso que nunca se producirá y que marcará la vida de Pedro. En la localidad de Hoznayo, en un principio, los vecinos desconocían lo ocurrido, pero la noticia rápidamente se propagó al ser una familia muy conocida y querida en el pueblo.

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