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Javier Gómez Rincón (tambor) y Javier Alonso (silbu y tamboril). / DM
Dos jóvenes músicos recuperan en un disco la tradición del silbu y tamboril
MÚSICA

Dos jóvenes músicos recuperan en un disco la tradición del silbu y tamboril

Javier Alonso y Javier Gómez Rincón presentan hoy en concierto sus 'Airis de rumiría' en la Casa de Cultura de Colindres

ROSA M. RUIZ

Sábado, 12 de enero 2013, 09:30

«Sólo espero que el aire de modernidad que está llevando mi Santander del siglo XXI no se olvide del pasado y que mantenga viva la esencia de las tradiciones, fomentando instrumentos como el silbu y el tamboril sin complejos». Javier Alonso Rodríguez (Santander, 1978) es un joven taxista apasionado de la música popular y de todas sus manifestaciones, hasta de las más olvidadas. En la Escuela de Folclore de Colindres es en la actualidad el único alumno de estos dos instrumentos que se tocan al mismo tiempo siguiendo así una de las tradiciones musicales más antiguas de Cantabria. Y gracias, porque en la Escuela de Música Tradicional de Santander se dejó de impartir debido a su escaso tirón. Su pasión por esta especialidad le llevó a convencer a uno de los profesores, Javier Gómez Rincón, para que le acompañara con el tambor en distintas actuaciones por la región formando el Dúo Trasmeranu. El siguiente paso adelante ha sido la publicación de su primer disco, 'Airis de rumiría', el primero íntegro de silbu y tamboril grabado y editado en Cantabria, que presentarán hoy, sábado, con un concierto en la Casa de Cultura de Colindres a las 20.00 horas.

Los dos intérpretes -que han adoptado el nombre del disco para su actual proyecto- no estarán solos sobre el escenario, pues músicos como Alberto M. Beivide, Raúl Molleda, Lidia González, Mario Torre y otros compañeros de las Gigantillas de Santander les apoyarán hoy en la interpretación de temas como 'Pasacalle de Liendo', 'Llamada a los pescadores de Castro' o 'Mazurca de Liendo', jotas, valses o pasadobles.

Mucha historia

Estudiosos del folclore como González Echegaray, Simón Cabarga, Pereda, Sixto Córdoba o Amós de Escalante dejaron plasmados en sus escritos que el silbu (o pito) y el tamboril era los instrumentos con los que se amenizaban siempre las fiestas y romerías de Cantabria desde el siglo XVIII hasta parte del XX, que prestaban solemnidad en las fiestas eclesiásticas, que seguían en la procesión a los patronos, que acompañaban los cortejos de bodas y de indianos, que amenizaban los bailes públicos... Y siempre con el mismo rito: «el tamboril pequeño colgando del brazo izquierdo, en cuya mano se tañe un pito, mientras que en la derecha se sostiene la baqueta para golpear el parche».

Javier Alonso asegura que el principal objetivo del disco, autoeditado por ellos mismos, es «intentar que no se pierda la interpretación del silbu y el tamboril», con tanta historia a sus espaldas. 'Aires de rumiría' está a la venta en sus conciertos; en la sede de ADIC y en Tiendas Tipo, en Santander; y en el Bar El Andamio, de Laredo.

Explica que le da mucha pena ser el único alumno de pitu y tamboril en Colindres -«quedan muy pocos intérpretes»- y lamenta que los niños de hoy en día desconozcan la existencia de estos instrumentos y que incluso haya gente que los relacione con el País Vasco, «cuando Cantabria ha sido tierras de tamborileros ilustres como Juan Callejo o el Tío Sixto, durante el siglo XIX, que ostentaban la plaza oficial de tamborilero en Santander. Músicos que tenían la obligación de participar en las fiestas de la ciudad o de despertar a los marineros para que se fueran a la mar, así como recibirles con alegres sones».Alonso también relaciona su sonido con las Gigantillas de Santander, que se van moviendo por las fiestas al son del silbu y el tambor.

Siguiendo con este recorrido nostálgico, el joven músico rememora a otros tamborileros de Cantabria, como Titusón, en la zona de Campoo; Tío Simón, en Laredo; Lin, en Seña; o la saga Isequilla, del Valle de Liendo. Alonso recuerda precisamente que Vidal Isequilla fue el último de los viejos tamborileros de Cantabria, dejando el legado a Raúl Molleda que, con la ayuda de Roberto Diego, Alberto Martínez Beivide, 'Meli', 'Santos', Domingo Palacio o la gente de las Gigantillas de Santander han contribuido a que una nueva saga de tamborileros salga adelante. A todos ellos está dedicado este 'Aires de rumiría' que Alonso y Gómez, dos entusiastas del folclore, sacan ahora a la luz. «Sólo queremos contribuir a que esta tradición no se pierda», sentencian.

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