Los cántabros poseen 35.000 armas de fuego, una por cada 17 habitantes

El horror de matanzas incomprensibles como la del colegio de Newton (Connecticut), que dejó hace menos de un mes 27 cadáveres acribillados a tiros, reflotan a la memoria masacres aún recientes, como la de la isla noruega de Utoya -un infierno en el que murieron cerca de un centenar de personas-, y pone en evidencia, una vez más, la falta de control de las armas, especialmente en Estados Unidos. España, en cambio, puede presumir hoy de tener la legislación más severa de Europa. Las 355 Intervenciones de Armas y Explosivos de la Guardia Civil, una especialidad que cuenta con 1.626 efectivos distribuidos por todo el territorio nacional, son las encargadas de velar por su cumplimiento de principio a fin, desde la autorización y revisión de las licencias -en Cantabria hay 40.000 en vigor-, imprescindibles para poder adquirir un arma, hasta la custodia de todo el arsenal retirado de circulación y su posterior destrucción.

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