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C. DE LA P.
Domingo, 3 de febrero 2013, 11:45
Las colas se repitieron ayer, a primera hora de la mañana, a las puertas de la Biblioteca del Paraninfo, en la calle Sevilla. Y la del Interfacultativo volvió a llenarse. Ni siquiera las dos aulas de la Universidad que ayer se habilitaron como salas de estudio aliviaron la presión que soportan como consecuencia del cierre de la Biblioteca Central durante los fines de semana. No obstante, el presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Cantabria (CEUC), Carlos Fernández, reconoció ayer que las dos clases del edificio Interfacultativo reconvertidas en biblioteca «apenas registraron afluencia» debido a que su apertura coincide con que ha remitido la avalancha de los exámenes. Y es que «buena parte» del alumnado ha terminado ya las pruebas del segundo ciclo del curso, con lo que ha relajado el ritmo de estudio. Aun así, en la Biblioteca del Paraninfo, con 188 plazas, ampliables a 218, y en la del Interfacultativo sólo hubo sitio para los más madrugadores. Y no será hasta el próximo día 12 cuando el consejero de Educación, Miguel Ángel Serna, se reunirá con los miembros del Consejo de Estudiantes para analizar la posibilidad de abrir 'la Central' en exámenes.
Los estudiantes hincan los codos cuando los exámenes aprietan. Ocurre entre enero y febrero, y después en mayo y junio. Es entonces cuando buscan un lugar adecuado para el estudio. Una biblioteca es siempre el entorno ideal. Muchos universitarios conducían sus pasos hacia la Biblioteca Central, situada en la calle Marqués de la Hermida. Allí hallaban, de lunes a domingo, el ambiente propicio. Pero, el pasado mes de septiembre la Consejería de Cultura decidió cerrar 'la Central' los sábados por la tarde, domingos y festivos, y la 'clientela' tuvo que buscar acomodo en la propia universidad. No hubo mayores problemas hasta que la cercanía de los exámenes disparó la demanda de una plaza para estudiar. Las dos bibliotecas universitarias, la del Paraninfo de la Calle Sevilla, y la del Interfacultativo, no daban abasto para acoger estudiantiles.
La responsable de la Biblioteca del Paraninfo, Marta San Emeterio, ponía los datos sobre la mesa: el segundo sábado de enero de 2012, con los exámenes en rojo, el centro registró 2.500 entradas; el correspondiente a este año la cifra se disparó hasta llegar a 3.221, casi un 30% más. Los estudiantes se vieron atados de pies y manos. Intentaron buscar sitio en otra parte durante los fines de semana, pero se toparon con la realidad: la falta de bibliotecas en estos días, porque las únicas que abren en sábado y domingo son la del Paraninfo y la del Interfacultativo. Esta situación obligó a los universitarios a poner el despertador a horas muy tempranas y a montar largas colas para coger sitio.
La Universidad de Cantabria acordó entonces abrir los fines de semana todas las aulas necesarias del edificio Interfacultativo para cubrir la demanda de los estudiantes. Ayer se habilitaron dos, con capacidad para más de cien personas, aunque registraron menos afluencia de estudiantes de lo previsto. La vicerrectora de Espacios, Servicios y Sostenibilidad, Ángela de Meer, no descartaba incluso ampliar el número de aulas si la demanda lo requería.
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