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Trainera de 2003 en la que remaba Luciano Prego, arriba en la foto. / Ignacio Pérez
Luciano Prego: «Yo fui el primero que levantó la voz y nadie me hizo caso»
REMO

Luciano Prego: «Yo fui el primero que levantó la voz y nadie me hizo caso»

El exremero gallego insiste en que, «estando en Astillero, tomaba medicamentos por indicación de Eufemiano Fuentes»

SERGIO HERRERO

Viernes, 8 de febrero 2013, 10:55

La marejada de la 'Operación Puerto' ha revuelto de nuevo las aguas de la ría de Astillero en materia de dopaje. La 'Operación Galgo' ya puso el nombre del principal implicado, Eufemiano Fuentes, cerca de la 'San José', tras la aparición en algunos documentos de la abreviatura 'Asti'. ¿Astiazaran -presidente de la Real Sociedad- o Astillero? Los responsables de la trainera cántabra negaron en su día la relación con el médico. Posteriormente, el remero Luciano Prego hizo temblar esa negativa, durante el juicio por la 'Operación Estrobo': «cuando estaba en Astillero, tomaba medicamentos por indicación de Eufemiano Fuentes». Ahora, unas declaraciones del gallego en 'El Larguero', de la Cadena Ser, han vuelto a poner en tela de juicio los procedimientos del club y del entrenador José Manuel Francisco, durante los primeros años del siglo en curso, de la mano del principal imputado en la macro operación contra el dopaje en el deporte español.

«A Eufemiano Fuentes le conocí en el 2003, remando en Astillero. Llegó de la mano del presidente de turno -Víctor Sainz de la Maza- y de un entrenador gallego -Francisco-, que fue el que me llevó a mí a remar allí», arrancó su confesión Prego, que, prácticamente, calcó su testimonio de julio de 2011 ante la Fiscalía Provincial de Vizcaya -cuando cumplía su segunda etapa como tripulante de la trainera astillerense-, en el programa de José Ramón de la Morena.

El remero, ya retirado, describió el papel de Fuentes en el club como el de quien daba «las pautas». «Él no nos pinchaba. Tenía un colaborador, Alfredo Córdoba, que era el que venía normalmente con nosotros a las regatas». En esta ocasión, Prego no hizo referencia a Francisco como practicante de las inyecciones, tal y como hizo ante el juez.

Además, aseguró que, hasta entonces, a Fuentes «no le conocía de nada. Llegó y nos dio una charla en la que dijo que velaba por la salud del deportista y que nos iba a hacer tratamiento, pero vamos, sin más».

Prego cree que todo esto fue fruto de «una vorágine de semiprofesionalismo que se nos quedó grande a todos» y por «la falta de conocimiento en estos temas médicos: Nos decían que era hierro o vitaminas. Te dicen que con la comida normal, como un ciclista, necesitas aportes vitamínicos, porque es imposible que un cuerpo humano aguante veinte días dándole seis horas cada día. Te venden la moto de que esto es así. Te lo tragas y crees que es por tu salud, por tu bien».

Así, ante este desconocimiento total de las supuestas prácticas de Fuentes, Córdoba y Francisco, el remero gallego asegura que los médicos se reían de él y sus compañeros, cuando cuestionaban por los tratamientos: «¿Qué sabes tú de medicina?', me decían».

Luciano Prego relató, posteriormente, su primera salida de Astillero. «Yo me escapé, por decirlo de alguna manera, y como tenía ficha firmada, me tuve que quedar un año sin remar. Yo así, de esa manera, no seguía. Para castigarme, no me dejaron remar en otro lado», declaró el gallego, que equiparó su caso al del ciclista Jesús Manzano: «Yo fui el primero que levantó la voz diciendo que ahí estaba el asunto y nadie hizo caso. 'Ahí esta ese resentido', decían. Al final, las cosas se van viendo». Posteriormente, volvió a la disciplina cántabra en 2011, de la mano de Jon Salsamendi.

Un episodio crítico

El exremero de Astillero contó en las ondas, tal y como había hecho anteriormente en los tribunales, el momento en el que empezó «a abrir los ojos». «En el verano de 2003, estando en casa, comencé a sentir frío y a convulsionar». Prego llamó a Francisco, «al que tenía más cerca», y le dijo: «Oye, ¿qué me habéis metido?. Voy a llamar a la ambulancia porque me veo morir». El técnico gallego se ofreció a trasladar a su pupilo hasta el Hospital Marqués de Valdecilla, cuando el deportista recibió la llamada de Eufemiano Fuentes. «Me dice que no me preocupe, que no puede ser del tratamiento, que será algo que me ha sentado mal.», relató, asegurando, además, que le instaron a no comentar a los servicios médicos nada sobre las prácticas llevadas a cabo en el club. «Ahí me di cuenta de que había algo raro».

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