Calidad frente a los malos augurios

Con precios a la baja, piezas menos arriesgadas, espacios más austeros y fiándolo casi todo a los valores seguros y el poder de compra de la legión de coleccionistas internacionales invitados, arrancó ayer la 32 edición de ARCO. Una cita crítica para el futuro de la feria de arte contemporáneo que este año ha reunido a 202 galerías de 27 países, 146 en el programa oficial y 56 en los comisariados, con Turquía como país invitado. Estas cifras suponen 14 galerías y casi un millar de nombres menos que en su anterior edición. Y entre ellas, dos salas cántabras, Nuble y Juan Silió, ambas con propuestas colectivas. La primera exhibe obras de ocho artistas: Michael Najjar, Pedro Mora, Alain Urrutia, Carlos Irijalba, Antonio Mesones, Nuno Nunes-Ferreira, Ricardo Cavada y Miguel Ángel Tornero, seleccionado además para el programa 'Artista destacado'. Mientras, la galería Nuble, con José Luis de la Fuente a la cabeza, presenta la última creación de Alberto Reguera, Nacho Martín Silva, Ion Macareno y Eduardo Hurtado, todos ellos enmarcados dentro de un proyecto que gira en torno a la idea del arte como archivo.

Una escultura de Chillida de 1995 -'Lo profundo es el aire XV'-, presente en la galería de Elvira González , es uno de los récords del certamen, por encima de los 2,2 millones de euros. La segunda pieza más cara es un bodegón de Picasso de 1919 -'Compotier, bouteille, guitare devant un fenêtre ouverte'-, de apenas 20x20 cm, a la venta a la galería de Leandro Navarro por casi 1,7 millones de euros. Los precios han encogido a ojos vista y abunda la oferta entre los 8.000 y los 12.000 euros, con estampas de Damien Hirst -¿quién lo diría?- por 4.000 euros. Más información en la edición impresa y en Kiosko y Más.