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ARANTZA FURUNDARENA
Domingo, 31 de marzo 2013, 11:09
Más de cuatro generaciones le separan del hambre. Será por eso que a Enrique Loewe (madrileño, 72 años) le preocupa más la belleza y la cultura que lo puramente alimenticio. Tras cincuenta años en la empresa familiar que fundó su bisabuelo alemán, el presidente honorífico de Loewe se jubila.
- ¿Ahora se va a dedicar al golf o más bien a la poesía?
- Yo como coja un palo de golf y una bola me cargo el escaparate más inmediato. Pero me queda el consuelo de la poesía.
-Y a su sucesora, su hija Sheila, ¿la dejará tranquila?
- Es el mejor servicio que puede hacer un padre inteligente a una hija más inteligente que él.
- ¿Loewe es una marca o un estatus?
- Es una marca que a lo largo de sus 167 años ha llegado a ser un poco una institución en España.
- Me refería a si llevar algo de Loewe aporta estatus.
- Mire, aunque la mona se vista de seda... El estatus es una cosa que tiene uno dentro del alma. Y si no viene de dentro se nota enseguida.
- Loewe significa león. ¿Ha sido usted un león de los negocios?
- No. He sido un empresario 'my way', a mi manera. Y el continuador de un tío extraordinario que vive aún con cien años y que es mi padre. Él ha sido una jaula llena de leones.
- En todo caso al león se lo han comido los franceses...
- No es algo que yo he buscado, pero ahora después de quince años creo que probablemente sea un honor que LVMH se haya fijado en Loewe por su capacidad de crear belleza.
- ¿El lujo no empieza a resultar sospechoso?
- El lujo siempre ha sido sospechoso. De lo contrario no habría tenido ese misterio a lo largo del tiempo y en tantas culturas. Hoy día vivimos veintisiete crisis, vamos a dejarle una al lujo. Pero toda nuestra vida, nuestro concepto de lo que es deseable y bueno está en revisión. El que piense que la felicidad es algo permanente es un idiota.
- Ahora me dirá que el dinero no da la felicidad.
- Por supuesto que no.
- Y esto lo dice un rico.
- Soy un rico pobre y lo digo sin ironía. Si supiera usted el dinero que tengo, lo comprendería. La felicidad no es tener, es ser. Suena a sermón de los domingos pero es una gran verdad. Una persona para ser feliz necesita muy pocas cosas. Pero una de ellas es un poco de cultura.
- ¿Ha intentado ser artesano?
- Tengo dos grandes frustraciones. Una es no haber sabido hacer nada con mis manos. Y la otra es que yo iba para pianista y me he quedado en acordeonista.
- ¿Cómo ve la afición de la princesa Letizia al 'low cost'?
- Lo más bonito que tiene la moda es la libertad. Mientras demuestre una cierta dosis de buen gusto, de coherencia y estética, se puede vestir la princesa Letizia como quiera. Y que Dios bendiga muchos años su pasión por el 'low cost'.
- Tengo que referirme al polémico anuncio de Loewe...
- Pues yo no me voy a referir.
- ¿La moda tiene ideología?
- Es un reflejo de la forma de ser de un pueblo en un momento determinado. ¿Cómo no iba a tenerla?
- ¿Le preocupa que Loewe pueda parecer de derechas?
- No me preocupa salvo la poesía.
- Con tanto imputado, ¿no le da una punzada ver alguna de sus magníficas carteras o bolsos en manos poco honestas?
- Entiendo que la belleza de la cartera trasciende las manos que la portan. También las he visto en manos de Octavio Paz, Vargas Llosa...
- ¿Qué opina de Stella McCartney y su militancia en la piel sintética?
- A la piel le pasa como al vino, que respira, vive, y puede ser ecológica en grado sumo. Yo no sé si soy de derechas o de izquierdas pero sí soy liberal a ultranza. Y desde el respeto máximo hacia Stella McCartney, ahí me tendrá como un devoto admirador si lo que hace es bonito y tiene sentido.
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