Laredo subasta bocarte 11 años después

Últimos coletazos de la primavera de 2002. La vieja lonja de la milenaria Cofradía de Pescadores de San Martín de Laredo subastaba 100 cajas de bocarte a 2,80 euros el kilo. Los pescadores laredanos eran ajenos a que sería la última venta en el viejo edificio. En noviembre de ese año, el petrolero 'Prestige' cubrió de un negro manto las costas gallegas y, de paso, afectó al ciclo vital de los bocartes. Los caladeros se cerraron y no hubo más capturas. Cuando se levantó la veda, la construcción del nuevo puerto (2006) había cerrado cualquier actividad pesquera en la villa pejina.

Ayer, 11 años después de aquella lejana subasta, la lonja de Laredo dio salida a 30.000 kilos de bocarte, algo que para muchos laredanos fue la materialización de un sueño.

La noticia de la llegada de los primeros bocartes corrió por todo Laredo como un reguero de pólvora. Había mucha expectación en los muelles cuando, poco antes del mediodía, el pesquero local 'Nuevo Panelo Villa' enfilaba la bocana del puerto. Sus armadores, sus 16 tripulantes y su patrón, Santiago Sarabia, estaban felices. Eran conscientes de que iban a hacer historia. No por la pesca que llevaban en sus bodegas, apenas 220 cajas de bocarte de unos 34 granos (peces por kilo), sino por ser el primer barco que subastará pesca en Laredo más de una década después.

Para llegar al puerto pejino tuvieron que navegar durante mas de 10 horas. Es el tiempo que emplearon en salvar las 100 millas náuticas (unos 185 kilómetros) de distancia que les separaba del caladero, a 70 millas del norte de Fuenterrabía.

A pie de muelle, y a pesar del mal tiempo esperaban muchos curiosos. Tampoco se perdieron la cita el alcalde de Laredo, Ángel Vega el edil de Asuntos de la Mar, Ramón Arenas, y el de Hacienda, Benito Ortiz, que pudieron contemplar como se cumplió el ritual con el desembarco de las 2 primeras cajas de pesca para llevar a la sala de subasta. En una pequeña balanza, el primer pesaje, arroja una pesca de calidad, de 31 granos. A la cita acudieron todos los conserveros locales. También algún que otro mayorista aunque se echa de menos a otros que, de momento, parece que se resisten a venir a comprar a Laredo.

Subasta

Con los bocartes desembarcados, se abrió la subasta. Ya no es la antigua esfera donde los precios de cotización iban descendiendo a modo de agujas de reloj. Ahora son modernas pantallas las que se ocupan de mostrar la venta. En los asientos, mando en mano, aguardan los pujadores. Valentín Pablos, presidente de 'Conservera Laredana', se adjudicó las primeras 39 cajas a 3,170 euros kilo. Poco después, a menor precio se quedó con el resto. «He querido homenajear a mi padre, Valentín y a Mariano, los fundadores de la empresa y a mi recién fallecido hermano, José. Merecía la pena pagar un poco más», señaló emocionado el empresario.

El alcalde de la villa pejina, Ángel Vega, se mostraba muy feliz. «Para mí es la mayor alegría en todo lo que llevamos de legislatura, el día más feliz. La Cofradía vuelve a latir». El octogenario pescador Marcelino Sebastián Unzúe, estaba también radiante: «Esto es una maravilla, lo hemos echado de menos».

Ya por la tarde, sobre las 16.00 horas, llegó el grueso de la flota. Los primeros, los dos barcos de los 'Toninos' con 10.000 kilos entre ambos. Según uno de los hermanos propietarios, Carlos, ralentizando la marcha por los 24 nudos de viento de popa que tuvieron que soportar durante las últimas horas. Luego llegaron los barcos de Náutica Nates, y el resto de los pesqueros. Todos ellos, «con el compromiso de traer las pesca a Laredo, cueste lo que cueste».