Isabel II busca cocinero

Conquistar el refinado paladar de la reina Isabel II podría presentarse como una ardua tarea sólo encomendable a los grandes artífices de los fogones. Sin embargo, todo aquel que sienta una pasión absoluta por la cocina, tiene ahora la oportunidad de desplegar sus conocimientos culinarios y agasajar a la soberana con sus creaciones gastronómicas. Buckingham Palace busca cocinero.

Según reza el anuncio por palabras colgado en la web de palacio, los postulantes, además de atender las exigencias alimenticias de la reina, prepararán comidas y banquetes para 200 cubiertos o recepciones de 800 personas. ¿Y cuál es la remuneración ofrecida? El afortunado que consiga imponerse a los miles de solicitantes interesados en el puesto ingresará un sueldo anual de 27.000 euros por trabajar 45 horas semanales.

En lo que se presenta como una competición más reñida que la de 'Masterchef', Darren Mc Grady, quien cocinó para la Familia Real británica durante quince años, advierte de la importancia de los pequeños detalles, sin olvidar que además de cocinar para reyes, ellos son dos pensionistas con sus gustos particulares y sus manías. «La reina odia el ajo, las cebollas fuertes o el pimentón». También hay que conocer las particularidades de cada miembro de la familia. «Si el príncipe de Andrés se acerca a tomar el té, los mangos deben estar en el menú. Recuerdo a los príncipes William y Harry como dos muchachos que amaban las hamburguesas y la pizza», comenta.

Muchos se preguntarán qué come la reina. Lejos de esa imagen pretenciosa de fruteros plateados sobre manteles repletos de florituras , Mc Grady ofrece una imagen del menú real mucho más terrenal. La monarca del Reino Unido disfruta cada mañana de un desayuno compuesto por los famosos cereales Kellogg's Special K, acompañados de fruta fresca de sus huertos y nueces de macadamia que conserva en una tartera. Para el almuerzo, que se sirve a la una, acostumbra a tomar pescado blanco o pollo asado con verdura.

Fiel a la tradición inglesa, Isabel II disfruta cada tarde, independientemente de donde se encuentre, de una taza de té acompañada de 'scones', los tradicionales bollitos británicos, emparedados y algún dulce. La cena se sirve puntualmente a las ocho y normalmente se compone de venado o salmón. Antes de acostarse no puede faltar un Gin-Dubonnet bien cargado, una costumbre que heredó de su madre.

El nuevo jefe de cocina debe estar preparado para compartir su 'despacho', ya que a muchos de ellos les gusta vagar entre los fogones. La princesa Diana, por ejemplo, acostumbraba a cocinar su propia pasta. «No piercings, no pelos rosas. Al fin y al cabo, no sabe junto a quién puede salir en la foto real. El trabajo en las cocinas de palacio es así», aconseja Mc Grady a todos aquellos postulantes que aspiren a saciar el apetito de la Familia Real británica.