Borrar
Un momento del último rescate, esta semana, de José Ignacio Pérez, a manos de los bomberos. / Foto: B. Lasarte
«Sólo pido un poco de consideración»
Tienen que sacarlo por la ventana

«Sólo pido un poco de consideración»

Un vecino de Los Corrales requiere la ayuda de los bomberos cuando enferma, por lo que busca un trueque para su casa

NACHO CAVIA

Viernes, 17 de mayo 2013, 10:06

La situación de José Ignacio Pérez empieza a ser desesperada. Una vez más su estado de salud ha provocado todo un despliegue de medios humanos y materiales para poder sacarlo de casa y trasladarlo al Hospital Valdecilla. Policía, bomberos, médicos y vecinos han vuelto a darse cita entorno al edificio en el que vive, cerca del centro de Los Corrales de Buelna, para un rescate en toda regla. Un espectáculo del que no quiere ser protagonista nunca más. «Sólo pido un poco de consideración, de respeto, una permuta de casa para salir de este atolladero que cuesta dinero al Estado y a mi familia disgustos y sufrimiento».

No quiere lujos ni mejoras. Su reivindicación se dirige a las entidades financieras, para que permitan una permuta de su casa, en un tercer piso, por un bajo. Con las mismas condiciones que su vivienda actual. Quiere dejar de ser el centro de atención cada vez que su espalda queda rígida y la única posibilidad para sacarle de casa es una camilla y una escalera de los Bomberos.

Aunque no pierde la esperanza «mi aguante ya no da para más. He intentado razonar con las entidades financieras y con el Ayuntamiento pero nada he logrado». En la última entrevista con el banco en el que tiene la hipoteca le comunicaron que el trueque no era posible, primero porque había que estudiarlo, y segundo por falta de viviendas. Y en el Ayuntamiento tampoco recibió una solución por no tener medios para afrontar su problema.

Lo que está claro es que si esas soluciones son difíciles, la médica parece aún más complicada. Se le ha diagnosticado estenosis segmentaria del canal lumbar en L2-L3 y L3-L4 y degeneración-desecación y leve abombamiento discal en L4-L5.

Por la ventana

Y para rematar la jugada, su dolencia no pasa desapercibida. El mal que sufre desde hace dos años hace que su cuerpo se quede rígido, como un bloque, y en el edificio en el que vive, sin ascensor, nada se puede hacer para sacarle por las escaleras, especialmente estrechas. Así que en las tres últimas ocasiones han tenido que acudir los bomberos, primero los del parque de emergencias de Los Corrales y, a continuación, los de Torrelavega, con una escalera mejor dotada para un rescate como ese, un dispositivo que lleva, yendo todo bien, de dos a tres horas.

De vuelta a casa, espera paciente junto a su mujer, Beatriz Lasarte, a que alguien aporte una solución. «No pido gran cosa, solo un trueque que me permita afrontar mi enfermedad en mejores condiciones, sin tener que recurrir a los servicios de emergencia cada vez que me pasa algo, sobre todo por mi familia».

En definitiva, José Ignacio Pérez pretende hacer vida normal, porque ahora se pasa buena parte del día fuera de casa, para que, en caso de problemas, se le pueda trasladar al hospital sin llamar a los bomberos. Pero en este largo invierno, con las malas condiciones meteorológicas continuadas, puede terminar siendo «peor el remedio que la enfermedad».

El dispositivo que se desencadena con los problemas de su espalda no deja indiferente a nadie. Cada vez que se queda inmovilizado su esposa, generalmente, llama inmediatamente al 061 que envía los médicos del servicio de urgencias del centro de salud de Los Corrales. Tardan como mínimo un cuarto de hora en llegar a la vivienda, en un edificio junto a las vías del tren, comprobar la situación del enfermo y ponerle medicación. Esperan otros 25 ó 30 minutos y al comprobar que no hay mejoría llaman a la ambulancia para el traslado al Hospital de Valdecilla. Conductor y auxiliar comprueban que no se puede manejar la camilla por las escaleras, menos con el peso de José Ignacio, de cerca de dos metros y complexión fuerte. El siguiente paso es avisar a los bomberos, que tienen que disponer de la escala adecuada y habilitarla para recepcionar en una cabina instalada en lo alto la camilla de José Ignacio. A esas alturas, todo el barrio espera el desenlace, no sin contener la respiración mientras la camilla vuela sobre las vías del tren.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «Sólo pido un poco de consideración»