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Tamara Falcó, en la inauguración de una tienda en Madrid. :: Alfredo Arias
El 'irreality' de Tamara
ESA GENTE

El 'irreality' de Tamara

La hija de Isabel Preysler dispondrá de show televisivo propio a lo 'Alaska y Mario' solo que en 'fisno'

ARANTZA FURUNDARENA

Domingo, 21 de julio 2013, 11:32

T amara en un reality? ¡Pero si no pisa la realidad!, exclamarán algunos. Y puede que tengan razón. Sin embargo, lo uno no quita lo otro. Se puede vivir en las nubes y triunfar como personaje de la tele. Es más, cuanto más fuera de este mundo mejor para cosechar altos índices de audiencia. Hoy para arrasar en los medios hay que tener lengua propia (Carmen Lomana), planeta propio (Carlos Jesús) y filosofía propia (Mario Vaquerizo). Tamara tiene todo eso y mucho más. Habla raro sin necesidad de ser hija de Julio Iglesias, vive en 'Los mundos de Yupi' (o mejor dicho, de 'yuppie') y ha encontrado en la religión católica la fórmula más eficaz para alcanzar la paz interior, cuando lo normal sería que hubiera abrazado el budismo, el tai-chi o el yoga Bikram como hacen casi todos los famosos. Es cierto que a simple vista Tamara puede resultar tan obvia como esos carteles instalados en las carreteras comarcales mexicanas que advierten: 'Este camino no es de alta velocidad'. Pero no me dirán que esa misma obviedad no roza el surrealismo... Algo surreal, friki e imprevisible habrán intuido los productores televisivos en esta chica para animarse a invertir en ella.

Ahora la singular existencia de la hija que Isabel Preysler tuvo con el marqués de Griñón va a disponer de show televisivo propio en el canal Cosmopolitan. Como el de 'Alaska y Mario', pero en 'fisno'. Eso sí, ¿Tamara y quién? ¿Tamara y su gato de angora? ¿Tamara y su chihuahua caniche? ¿Tamara y su inseparable bolso de Hermès? ¿Tamara y la Biblia? No. Tamara y su gente. Sus gentes, que diría el 'tito' Julio. Es decir, los amigos que, o sea, salen con ella y, o sea, habitualmente la acompañan. Ignoro qué sintonía le van a adjudicar a esta serie, pero deberían pensar en la de 'El Hombre y la Tierra' porque, tal como está España, Tamara y los suyos (niños ricos en un país que no para de empobrecerse) pertenecen sin duda a una de las especies ibéricas con mayor riesgo total de extinción.

El día a día de Tamara Falcó, con sus viajes y sus cosas (desde rezar el rosario a conceder exclusivas) será la heterogénea materia místico-frívola de la que va a estar hecho el guión. Y no crean, es rico y diverso el universo de esta joven porque con un padre bodeguero, una madre reina de corazones, un padrastro ex ministro de Economía y un hermano estrella mundial del pop melódico se puede decir que tiene cubiertos todos los frentes... Por ejemplo, yo no me perdería ese capítulo en el que Tamara (¡tiembla, Punset!) debatiera con 'tito' Miguel (Boyer) sobre la existencia de Dios. Ella ha contado más de una vez que su padrastro es «más ateo que ateo» y que la intentó educar (sin éxito, como después se ha visto) en el agnosticismo. O ese otro (¡tiembla Gran Reserva!) en el que la protagonista visite el pago vitivinícola de su padre biológico, el encantador Carlos Falcó, y comente con él las vicisitudes familiares... Por no hablar de una sesión de confidencias con su madre (¡Temblad todas las demás cadenas!) en la que por fin Isabel Preysler desvele sus secretos de seducción... Pero no caerá esa breva. Me temo que al final todo se va a reducir a moda, 'glamour', risitas... Y alguna que otra novena.

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