La Gimnástica se ensaña con el Buelna

La Gimnástica de Torrelavega confirmó ayer que es el principal candidato al título liguero de la Tercera cántabra tras endosarle al Buelna, a domicilio, un rotundo cero a cuatro. El conjunto de Ezequiel Loza sólo necesitó 25 minutos para marcar tres goles y dejar sentenciado el encuentro. Por su parte, a Javi Roncal echó le pesaron las ausencias de algunos titulares en su once. A pesar de ello, no se puede reprochar nada a la victoria del conjunto torrelaveguense.

El primer tanto del partido llegó en el minuto cinco, tras un perfecto libre indirecto que ejecutaba Lipe y que remataba al fondo de la portería el defensa Estrada. Poco después después, también a balón parado, llegaría el segundo de los gimnásticos tras un golpe franco lanzado por Igor Platas que remataba Siro.

La Gimnástica quería sentenciar el encuentro cuanto antes y, en el minuto 25, de nuevo Siro, se encontró con el gol gracias a un bonito disparo desde unos treinta metros que el guardameta Nando no pudo atajar. Pese a los tres tantos, el Buelna lo intentaba, pero sólo se acercó a la meta visitante en el minuto cuarenta, con un disparo de Antoñán que fue directamente a las manos del guardameta blanquiazul, que apenas tuvo que intervenir en la primera mitad.

Nada más comenzar la segunda parte, los locales salieron en tromba para conseguir al menos recortar distancias. Su ocasión más clara llegó en el minuto 53 por mediación del defensa Cristian, pero su disparo lo despejaba el defensa visitante Estrada, pegando el balón en el larguero y saliendo fuera. Poco después, el local Chus envió un centro al área que apunto estuvo de convertir Víctor Sánchez en el tanto del honor del Buelna.

Cuando parecía que el marcador no iba a cambiar, llegó el cuarto gol de la Gimnástica. A la contra y tras un saque de esquina que remató sólo de cabeza Igor Engonga. Apunto estuvo de conseguir otro tanto el conjunto de Ezequiel Loza, en el minuto 85, tras una falta directa de Lipe que Nando atajó con una buena estirada cuando ya se cantaba el gol. Pese a la abultada derrota, el Buelna nunca bajó los brazos.