Jessica se queda en Eibar

Eibar es conocida como la ciudad armera, por su tradición de siglos en esa industria, así que a Jessica Bueno no le faltarán pertrechos si necesita hacerse fuerte allí en su guerra contra Isabel Pantoja. La modelo sevillana ha tomado la decisión más temida por su archienemiga, un movimiento que ya se veía venir desde hacía unas cuantas semanas: según confirmó ayer en Telecinco la periodista Marisa Martín Blázquez, Jessica ha decidido establecerse de manera fija en la localidad guipuzcoana y se ha llevado con ella a Francisquito, su «lucerito», el hijo de diez meses que tiene con Kiko Rivera. Seguro que no ha necesitado teléfono para escuchar desde el País Vasco los gritos de la tonadillera.

La presencia de Jessica en Eibar ya se había convertido en algo habitual antes de esta mudanza. Es el resultado de una ecuación muy simple: la 'ex' de Paquirrín inició allá por mayo una relación con 'Jota' Peleteiro, futbolista gallego que entonces militaba en el Castilla, pero que esta temporada juega en las filas del Eibar. El romance, lejos de perder fuerza con el tiempo y la distancia, parece robusto, al menos si lo juzgamos por los signos externos que la pareja comparte generosamente con el mundo: Jessica se ha tatuado en una mano el nombre de Jota (el apellido no, que a lo mejor habría necesitado un trozo de brazo) y las fotos en Twitter e Instagram los muestran enamoradísimos, acaramelados y evidentemente juntos. «Sentir cada día ese flechazo al verte», escribía hace días la modelo como acompañamiento de una de esas imágenes de ternura pública.

Y, si pueden aparecer juntos en las fotos y sentir flechazos al verse, es porque la modelo lleva meses desplazándose con asiduidad a Guipúzcoa para disfrutar en carne y hueso de su centrocampista favorito. Ya compartieron la búsqueda de piso, primero en la cercana Deba y después en la propia localidad, donde acabaron alquilándole uno al jugador del Athletic Markel Susaeta. El inmueble tiene en sus bajos el batzoki, el centro social del PNV, que no es un fondo muy frecuente para estas historias de la prensa rosa. Los vecinos ya se han acostumbrado a toparse a Jessica haciendo la compra en el supermercado Dia, o mirando ropa en las tiendas de la localidad, o paseándose con Jota en el 'Porsche', o acercándose a Bergara para dar un paseo a caballo, e incluso le han colgado a la chica un apodo fácil, resultado de traducir su apellido al euskera: la verdad es que Jessica Ona no suena nada mal como nombre para las pasarelas.

Fuera del entrenamiento

Por supuesto, también ha acudido en alguna ocasión a ver jugar a su novio, para deleite de algunos forofos del Eibar aficionados a la actualidad del corazón, o quizá simplemente a la belleza femenina en las gradas. El míster, Gaizka Garitano, no parece contemplar el asunto con tan buenos ojos, y ya tuvo un encontronazo con los cámaras de un programa de televisión que acudieron a grabar un entrenamiento con fines poco deportivos.

Pero las idas y venidas entre Sevilla y Eibar eran una cosa y el traslado definitivo es otra. Jessica y Kiko Rivera tenían ya apalabrado un convenio que regulaba las visitas del padre al niño y que, entre otras cosas, exigía un aviso con tres meses de antelación para cambiar de residencia. Pero ese acuerdo estaba todavía sin firmar, así que DJ Kiko se ha enterado de la decisión de su 'ex' en el último momento. Isabel Pantoja ya tuvo un agrio enfrentamiento con la modelo el mes pasado, en el que trató de quitarle de la cabeza la idea de afincarse en Guipúzcoa, así que ahora se espera una rápida reacción de los abogados para tratar de devolver el bebé a Sevilla. O quizá, quién sabe, Isabel Pantoja viaje personalmente a Eibar para recuperar a su nieto, por las buenas o por las malas.