Torre reivindica la importancia de la comarca oriental en la historia de los bolos

Lo que en principio surgió como una pequeña publicación conmemorativa por el 50 aniversario de la Peña Bolística de Beranga se ha convertido, cinco años después, en una obra de referencia sobre la historia de los bolos en la comarca trasmerana. 'El bolo palma: de Trasmiera a Vizcaya' es el título del libro que Carlos Torre presenta este sábado a las 20.30 horas en el Hotel Villa Pasiega, en Hoznayo. Una obra con la que el autor, jugador de la Peña Beranga, pretende reivindicar la importancia de la zona oriental de Cantabria en la historia del bolo palma. «Creo que existe la idea general de que los bolos es un deporte tradicional de la zona de Torrelavega y la comarca occidental de Cantabria sin embargo en el libro se demuestra que al otro lado de Santander y en concreto en la zona de Trasmiera existe un gran arraigo aunque se le haya asociado más al pasabolo losa que a los bolos», señala.

Una comarca de la que destaca que han salido grandes jugadores como Castanedo, Domínguez o en la actualidad Óscar González y la joven promesa Gabriel Cagigas y que tienen su espacio entre las páginas de este libro. La obra recoge toda la historia, en los últimos cien años, del bolo palma en Trasmiera: 19 ayuntamientos (Argoños, Arnuero, Barcena de Cicero, Bareyo, Entrambasaguas, Escalante, Hazas de Cesto, Liérganes, Marina de Cudeyo, Medio Cudeyo, Meruelo, Miera, Noja, Ribamontán al Mar, Ribamontán al Monte, Riotuerto, Santoña, Solórzano y Voto) que aglutinan a 92 pueblos. Los primeros desafíos en la comarca, la historia de todas las peñas (140), con sus títulos, sus jugadores, sus imágenes. Todas las boleras existentes y muchas de las desaparecidas (más de 250 fotografías), la actividad desarrollada por cada municipio, una pequeña biografía de los jugadores y personajes destacados (más de 100 personas), de cada uno de ellos, la biografía completa y extensa de los grandes campeones como Castanedo y Domínguez. Unido a la historia del 50 aniversario de la peña Beranga (1961-2011), el pueblo, sus peñas, sus personajes, los campeonatos y concursos, la bolera cubierta, el Museo de Bolos....y además recoge la introducción del bolo palma en Vizcaya y la influencia de los trasmeranos en la comunidad vecina, las peñas vascas, su dinamismo... Todo ello aderezado con innumerables anécdotas y más de 870 imágenes.

Recopilar la historia

Carlos Torre explica que el libro nace con la intención de recopilar la historia de la Peña Bolística Beranga, en su 50 aniversario, con lo que en el verano de 2008 surge la idea de hacer un pequeño libro para celebrar tal efeméride. En una visita a casa de su amigo, y quien fuera gran figura bolística en los años 50, Braulio Llama del Prado, fallecido en 2010, recopila mucha de información de la peña Beranga y comienza la labor de documentación. Todo ello aprovechando los fines de semana y las escapadas ya que el autor reside y trabaja en Vitoria. Tras reunirse en septiembre de 2008 con Enrique Torre y José Ángel Hoyos, directivos de la Federación Cántabra de Bolos y con su paisano periodista, Jesús Pindado, les gusta la idea y le animan a recoger en el trabajo a más pueblos que Beranga, «nada menos que los 92 pueblos de la comarca de Trasmiera», indica. Igualmente Goyo Corrales, afincado también en el País Vasco también le sugiere ir más allá y reflejar cómo se introdujeron los bolos en la vecina provincia de Vizcaya, ya que fueron varios los trasmeranos influyentes en el devenir del bolo palma en Euskadi.

El autor del libro destaca que el hecho de vivir fuera de Cantabria «hace que valores mucho más tu tierra, lo que no tienes, por eso me he volcado en el libro, por ese sentimiento de arraigo y con la idea de que no se pierda una tradición como es el deporte de los bolos». En su opinión, es fundamental que las instituciones y entidades se vuelquen en la promoción de los bolos ya que «la competencia es muy grande, con otros deportes como el fútbol, tenis, pádel. y otras actividades que atraen a los chavales y que hace que en las boleras apenas haya gente joven».

Natural de Beranga, aunque discurre parte de su niñez en el pueblo trasmerano de Heras, Carlos Torre se introdujo en el mundo de los bolos con tan solo 6 años, por mediación de su padre Marcos. Recuerda que fue su padre quien tomó el relevo del gran Braulio Llama al frente de la escuela de bolos de Beranga. Después de haber figurado en categorías inferiores entre los destacados jugadores de su generación, entre ellos Óscar González, debuta en 1994 como jugador federado en la peña bolística El Olivo de Heras. Tras su paso posterior por la peña Pontejos, desde hace 15 años defiende los colores de la peña Beranga. Carlos Torre, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, desarrolla su carrera profesional en el País Vasco, donde vive hace casi una década. Este hecho le une a los bolistas vizcaínos con los que a menudo juega en el barrio de San Ignacio en Bilbao, a donde se traslada desde Vitoria. «Para jugar a los bolos en Euskadi me tengo que trasladar 70 kilómetros, de Vitoria a Bilbao, es un poco sacrificado pero al menos hay una bolera donde poder jugar, y es importante también que los bolos no se pierdan fuera de Cantabria. En Ermua, por ejemplo, donde hay una peña con medio centenar de socios, quieren quitar la bolera para destinar el espacio a otros deportes», subraya. El autor del libro posee dos campeonatos de Euskadi individuales, de Tercera en 2008 y de Segunda en 2009, dos campeonatos de Euskadi de Primera por parejas, en 2011 y 2012, y dos medallas de bronce, en los campeonatos de España de Primera por parejas, en 2010 y 2012. Es además monitor titulado de la Federación Cántabra desde el año 2000, habiendo sido maestro de la Escuela Municipal de Bolos de Hazas de Cesto durante seis temporadas.