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NIEVES BOLADO
Martes, 24 de diciembre 2013, 08:50
Posiblemente tardarán un tiempo en bajar de esa nube a la que la suerte de la Lotería de Navidad les subió el domingo, a media mañana, cuando se dieron cuenta de que acababan de abandonar la pobreza absoluta con los 50.000 euros que les había deparado el número 51.689.
Malviviendo entre cartones en un cajero de Caja Cantabria de San Vicente de la Barquera, yendo y viviendo de un lugar a otro sin asiento, ahora de alquiler en un piso que apenas pueden pagar... Es la pobreza, con ese nombre tan actualizado de 'exclusión social', en su estado humanamente puro. Su historia ha conmovido a todo el país gracias a un décimo lotería que esconde una dura vida de noches entre cartones, una adopción no bien resuelta o una carrera deportiva truncada. Las televisiones nacionales se le rifan y su historia ya ha recorrido los informativos de Televisión Española, de Telecinco; y hoy le esperan en los diferentes espacios matinales.
Carlos y Vanesa están viviendo unos momentos especiales, pero aseguran que «no vamos a gastar el dinero sin control», explicaban ayer; «hay que guardarlo». Así y todo reconocían que se habían permitido los primeros caprichos: «Hemos comprado dos teléfonos móviles, una vídeoconsola, un coche de los que no necesitan carné de conducir, y en la nevera, tenemos cabrito y langostinos para Navidad». Ahora están haciendo planes para invertir ese dinero. Su historia, o parte de ella, ya estaba relatada en 'Youtube', eso sí, cuando aún no eran famosos.
Adoptado
Pero esta historia, que tiene todos los elementos necesarios para ser el argumento de un cuento de Navidad, va aún más allá. La vida de Carlos, aunque aún no muy extensa -tiene 32 años- cuenta con una segunda parte, mezcla de épica e interés humano. Supo no hace mucho que había sido un niño adoptado, y hace unos meses logró conocer a su padre biológico, Juan Ramón López Mantecón. Y carambolas o casualidades, este recuperado padre tiene como afición colar en la red vídeos de sus andanzas. Pero la vida de esta pareja, especialmente la de él, tiene más largo recorrido. Carlos es un hombre que, recién nacido, fue adoptado por un matrimonio de Santander, él bancario ya fallecido, y ella ama de casa, que le criaron y le dieron su actual apellido. Era de joven -según él mismo cuenta- un buen deportista con un futuro que se aventuraba prometedor en el fútbol. Un día supo de su situación de hijo adoptado y quiso, como tantas otras personas que pasan por el mismo trance, saber quienes eran sus padres biológicos, dónde se situaba su origen, los motivos por los que no llegó a conocerlos y por qué le habían dado en adopción. «Ese día su padre le echó de casa».
Quien hace esta afirmación no es el propio Carlos, sino su padre biológico, Juan Ramón López Mantecón, nacido en Navajeda (Entrambasaguas) y que actualmente vive en la localidad asturiana de Vegadeo. Esta es su intrahistoria. Padre e hijo se conocieron en julio pasado. Y es que es aquí donde la historia humana de Carlos Monteagudo entra en una zona llena de vericuetos.
Juan Ramón Mantecón ha grabado un vídeo (que puede verse en la página web de este periódico) en el que en noviembre de este mismo año -hace poco más de un mes- recoge el encuentro con ese hijo al que no llegó a conocer «porque su madre le abandonó y a mí mis hermanos me impidieron verlo».
Un personaje peculiar Juan Ramón, el padre del afortunado con la lotería. Firma sus vídeos -tiene 132 subidos a la Red- con el sobrenombre de 'El Bragado 100 de Vegadeo, un cántabro', y uno de ellos se lo dedica a ese hijo que acaba de conocer, 32 años después de su nacimiento. Con este vídeo asegura que quiere «rendirle un homenaje porque no me permitieron conocerle», asegura en la grabación. «Me prohibieron verlo y por lo que he descubierto ahora los dos hemos pasado una vida de lloros y calamidades». Es él mismo quien entrevista a su hijo biológico y a su novia Vanesa, que asiste silenciosa al encuentro.
Asegura en el vídeo que su padre adoptivo le echó de casa cuando quiso saber su verdadero origen, «y que cometí el fallo de meterme en la bebida, por lo que me echaron del Racing, donde jugué con Iván Bolado y Moratón». Lo cierto es que en el club de fútbol santanderino «no saben nada» de ese currículo deportivo, aunque «sí le conocemos de verle seguir los partidos en el campo».
¿Cómo se pasa de una casa de clase media, de ser un deportista con cierto futuro, a pedir por las calles y dormir en un cajero, entre cartones? En el referido vídeo, en el que padre e hijo entablan una peculiar conversación para sacar su biografía a flote, Carlos asegura que fue campeón de atletismo en Pontevedra en 2008, que obtuvo buenos puestos en natación en San Sebastián, que fue 'pichichi' en fútbol-sala y que llegó a jugar en el Racing B -«donde empecé en los alevines»-, e incluso, que pasó fugazmente «por la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega y El Tropezón de Tanos en la categoría de veteranos», donde tampoco le recuerdan.
Y el óbolo 'de Montoro'
Carlos y Vanesa pasaron los últimos dos veranos en San Vicente de la Barquera, viviendo de la caridad, pidiendo limosna a los numerosos turistas que suelen abarrotar los soportales de la villa barquereña. «Dormían en el cuarto del cajero de Caja Cantabria», explicó a este periódico un policía de esta localidad. No creaban problemas a nadie, limitándose a pedir ayuda. Carlos y Vanesa jamás pensaron que ellos, que no han tenido durante mucho tiempo donde pasar la noche, tendrían un día que pagar 'a Montoro' 10.000 de los 50.000 euros que han ganado, el 20% del tercer premio de la Lotería de Navidad. Ahora están inscritos en la barra de hielo de la momentánea fama, con un recorrido por todos los platós televisivos: informativos, programas matinales, tertulias, etc.
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