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Isabel y Rubén llevan casados tres décadas y forman un sólido tándem profesional. / R.C.
«Michelle Obama me cambió la vida»
SU VESTIDO dio la vuelta al mundo

«Michelle Obama me cambió la vida»

La diseñadora cubana Isabel Toledo explica en '080 Barcelona' que la primera dama estadounidense le pidió un traje «calentito» para la investidura de su marido

ARANTZA FURUNDARENA

Sábado, 1 de febrero 2014, 01:07

Costurera. Así se define Isabel Toledo, la diseñadora cubana afincada en Nueva York y creadora del conjunto que lució Michelle Obama durante la primera investidura de su marido como presidente de Estados Unidos. Aquel vestido conjuntado con un abrigo de encaje en tono verdoso («color citronela», precisa la modista) dio la vuelta al mundo y catapultó a la fama a esta mujer morena y menuda, de pelo tirante sujeto con unas horquillas, ojos despiertos y sonrisa fácil que ayer cerró con un desfile entre vanguardista, étnico y 'retro' la pasarela '080 Barcelona', celebrada esta semana en el Museo del Born de la Ciudad Condal.

Nacida y criada en su primera infancia en Cuba, en el seno de una «familia de mujeres, porque mi madre -cuenta la diseñadora- tenía quince hermanas», Isabel Izquierdo (su apellido de soltera) se trasladó con su familia a New Jersey a los ocho años, pero no ha olvidado «la magia, la luz y la alegría» de una isla a la que espera volver, «porque Cuba está preparada para un cambio a mejor y ya solo falta un paso». Isabel cose desde niña. Con once años se confeccionaba sus propios vestidos para mejorar una imagen que no le gustaba. «Influir en las mujeres, conseguir que se sientan guapas y seguras es una de las mayores satisfacciones de mi trabajo. Me encanta la psicología de la moda», asegura.

Su propio plan de belleza debió de dar resultado porque apenas era una adolescente cuando enamoró a un compañero del instituto llamado Rubén Toledo. «A los trece años empecé a perseguirla», admite este artista plástico, dibujante e ilustrador de los diseños de grandes modistos como Yves Saint Laurent. Hoy, Isabel y Rubén llevan casados tres décadas y forman un sólido tándem profesional. Componen una pareja simpática, expresiva y netamente latina, que habla por los codos en 'spanglish' (sobre todo él, ella se define como más reflexiva) y que son capaces de comenzar una frase en castellano y terminarla con toda naturalidad en inglés o viceversa. Juntos crean sus colecciones (él plasma en dibujos las fantasías de ella) en su luminoso estudio de Manhattan, presidido por un gigantesco cáctus.

«Somos una empresa pequeña, apenas 20 personas. Si pensamos que empezamos a la vez que Prada o Carolina Herrera, podríamos decir que lo nuestro es un rotundo fracaso», ríe Rubén. Pero nada más lejos de la realidad. A Isabel Toledo se la define en el mundo de la moda como «diseñadora de diseñadores» y antes de que la universalizara Michelle Obama ya era una modista de culto, apreciada por sus impecables patrones y sus minuciosas puntadas. Su «cabeza dura», como ella dice, la ha mantenido fiel a su arte, al margen de las modas. Esa misma actitud la llevó a renunciar a desfilar en la Fashion Week de Nueva York «porque había crecido demasiado y había perdido el alma».

Un trozo de tela diminuto

«Pero Michelle Obama me cambió la vida», reconoce Isabel. Ya era su clienta desde su etapa en Chicago (sigue siéndolo en la actualidad) y cuando llegó la primera campaña presidencial le encargó varios modelos. Obama resultó elegido por primera vez presidente y se acercaba el día de la toma de posesión de su cargo. Michelle pidió propuestas a varios diseñadores, entre ellos a esta cubana. «Demoré mucho en decidirme, no lo tenía claro. Y curiosamente, la respuesta a algo tan grande y tan importante me la dio un trocito de tela diminuto. Vi aquel encaje verdoso y se lo escanée a Michelle». «Házmelo -le respondió la entonces futura primera dama-, pero que sea calentito, que abrigue».

Toledo mezcló varias telas en aquel abrigo, incluidos el cachemir y la pashmina, «y un tul que le daba esa especie de brillo. Quería un acabado transclúcido, que le permitiera transmitir luz de dentro afuera. Michelle es una mujer abierta y muy aficionada a la moda pues la considera parte de la cultura. Además es muy segura de sí misma y sabe llevar la ropa con confianza». Curiosamente, los Toledo tardaron en enterarse de que la elección de la señora Obama para aquella fecha histórica había sido por fin la de su conjunto verdoso. «En casa no tenemos tele y no lo vimos hasta llegar al estudio. Allí nos esperaban cientos de 'emails' de periodistas y conocidos pidiendo que les confirmáramos que el traje de Michelle Obama era de Isabel Toledo», ríen ellos al recordarlo. «Yo creo que ella me eligió por ser mujer, latina, emigrante y dueña de una empresa muy pequeña -dice Isabel-. Era una forma de transmitir que se puede llegar desde abajo. Que todos podemos conseguirlo». En pocas palabras: el sueño americano hecho vestido.

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