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RAFA GONZÁLEZ
Domingo, 9 de febrero 2014, 01:02
El Balonmano Torrelavega logró ayer una importante victoria ante uno de los equipos de 'su' liga, al derrotar por 31-27 al Handbol Bordils. Un triunfo en el que brilló sobremanera el guardameta local, Jacob Melián, y que permite a los de Diego Soto seguir en la pelea por la zona media de la tabla de la División de Honor Plata masculina.
El Balonmano Torrelavega sacó a relucir sus mejores armas desde el primer segundo del encuentro en el Vicente Trueba. La defensa se movía al unísono y apenas se cometían perdidas de balón. Así las cosas, los cántabros no tardaron en ponerse por delante. Un contraataque materializado por Alberto Pérez establecía un esperanzador 6-3.
Ante el vendaval naranja, los visitantes no se arrugaron. Pero lo que marcaba la diferencia era una jugador canario situado bajo los palos. Jacob Melián se convirtió en el muro de la desesperación de los catalanes. La octava parada suya facilitó el enésimo contragolpe local. Esta vez, fue Guille Barbón el que vio portería y Pau Campos el que pidió tiempo muerto. El tanteador era de 8-4.
Con un Melián excepcional y una defensa de manual, el Torrelavega desarboló por completo a su rival. Ni la defensa mixta sobre Genio González ni los constantes cambios ordenados por Pau Campos conseguían apartar a los jugadores naranjas de su camino. La pizarra de Diego Soto había previsto toda las situaciones posibles y los goles continuaban cayendo en la portería defendida por Jordi González. Después de una primera parte espectacular, los equipos se retiraron al vestuario con 19 a 11 en el marcador.
La reanudación fue un calco del arranque del partido. El Balonmano Torrelavega mostraba su cara más seria. Melián seguía empeñado en ser 'persona non grata' en Bordils y Calderón taladraba una y otra vez la portería visitante.
Reacción visitante
Al verse diez goles por debajo en electrónico, el orgullo del Handbol Bordils salió a relucir y los catalanes reaccionaron a base de buenas intervenciones de González. Maso, con un lanzamiento en apoyo, acercaba a los suyos a seis de diferencia.
El partido todavía estaba vivo. Más aún cuando Nono acertaba de nuevo. Los torrelaveguenses se volvieron a agarrar a la pareja que les había guiado desde el inicio. Melián sacó un lanzamiento catalán a bocajarro y Calderón se inventó un gol en rectificado. Pese a ello, al equipo de casa se le estaba haciendo eterna la segunda parte. Sobre todo porque daba la sensación de que los gerundenses podían voltear el marcador en cualquier instante.
La tranquilidad definitiva llegó al Vicente Trueba a falta de cuatro minutos. Con la ofensiva local atascada, Jacob Melián sacó un contragolpe imposible a Canyigueral. Ahí se acabó el partido. De acercarse a tres goles a verse de nuevo cinco por detrás. Demasiado para el conjunto catalán que perdió por 31-27.
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