El hábito que hace al cántabro

santander. La esencia de la tradición de los valles de Cantabria se coló el sábado por la noche por la puerta de entrada del Gran Casino de El Sardinero en forma de ropajes. Una veintena de personas, pertenecientes a la Asociación de Trajes 'La Tierruca', mostró, como si de tesoros se trataran, las vestiduras de las cántabros que poblaron los distintos valles durante el siglo XIX. El desfile fue organizado por la Asociación Bahía Sur Cultural con el objetivo de «conectar Santander con el resto de Cantabria. Creemos que es importante que el santanderino conozca las tradiciones de su tierra, y el vestir dice mucho de nuestro folclore y de nuestros orígenes».

Pasadas las ocho y media de la tarde, el hall del Casino se convirtió en una improvisada pasarela por la que desfilaron mayores y niños, y hasta un bebé. La presidenta de la asociación de trajes, María José Mínguez, fue la encargada de presentar los distintos modelos, así como de dar cada uno de los detalles que hace singular a los trajes.

De este modo, explicó que los de las pasiegas son los «más ricos, tanto por sus materiales como por las joyas que llevan». La razón está en que «era habitual que las pasiegas fueran amas de cría de las familias adineradas, de quienes recibían delicados encajes, buenas telas y joyas», apuntó.

También señaló que entre los hombres «no era habitual llevar calzones, así que cuando comenzaron a utilizarse, los afortunados que los llevaban lo hacían notar, dejando que asomara un poco por debajo del pantalón».

Todos los trajes han sido elaborados artesanalmente. «Nos cuesta mucho encontrar las telas y los complementos. Tenemos que ir de ciudad en ciudad, buscando en anticuarios y mercados, principalmente de Zaragoza o Burgos», indicó. «Un traje de pasiega supera, tranquilamente, los 1.300 euros. Son verdaderos tesoros», concluye Mínguez.