¿Sueles llevar el móvil en el bolsillo?
Aunque no existen pruebas concluyentes de que la radiación de los smartphones afecte a la salud, la OMS recomienda seguir indagando al respecto
Los smartphones se han convertido en una extensión de nuestro cuerpo: los llevamos encima durante todo el día, incluso cuando vamos al baño. Hay, de ... hecho, quien se ve incapaz de salir de casa sin su teléfono; ya es una suerte de navaja suiza con la que enviar mensajes de texto, navegar por Internet, distraerse con videojuegos o documentar estampas cotidianas gracias a su cámara. Y nos hace tantas cosas y compartimos tanto tiempo con ellos que pocos se preocupan por la radiación emitida por estos dispositivos: ¿cómo considerarlos inseguros si los utilizan miles de millones de personas?
Numerosos estudios científicos han intentado discernir, de una vez por todas, si la exposición constante a la radiación de radiofrecuencia inherente a los móviles perjudica la salud humana a largo plazo. La opinión más extendida es que no existen evidencias concluyentes, pero tampoco puede descartarse con rotundidad: «Existe cierta preocupación de que los smartphones estén relacionados con un incremento en el número jóvenes afectados por cáncer colorrectal –explica a Yahoo Life la fundadora de la ONG Environmental Health Trust, Devra Davi–, pero como todo el mundo tiene móvil, no existen grupos de control que nos permitan realizar un análisis comparativo».
Es importante señalar que la radiación proveniente de los teléfonos móviles es de tipo no ionizante, por lo que no cuenta con energía suficiente como para modificar el ADN (al contrario de lo que ocurre con la radiación ionizante de los rayos X). Sí que puede incrementar levemente la temperatura de los tejidos que mantengamos próximos al dispositivo durante un tiempo prolongado (como la cabeza o el oído al atender una llamada, por ejemplo), lo que algunos investigadores han relacionado con patologías cerebrales.
Por su parte, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, dependiente de la Organización Mundial de la Salud) tildó a la radiación de radiofrecuencia de «posiblemente cancerígena para los humanos». Una vez más, esto no significa que produzca cáncer, sino que existen motivos para recomendar un estudio más concienzudo de la cuestión. Esto, junto a los informes no concluyentes sobre la afectación de la calidad del esperma cuando se tiende a llevar el móvil en el bolsillo del pantalón, nos lleva a tomar ciertas precauciones. Por si acaso, al menos.
La ropa no influye
Es un hecho que la mayoría de personas llevamos el smartphone precisamente ahí, en un bolsillo de la camisa o el pantalón. Algo poco recomendable según el radiólogo Rob Brown, también consultado por Yahoo: «Portar el teléfono en un bolsillo te expone a mucha más radiación que la emitida por un router Wi-Fi en una habitación o una antena de telefonía a lo largo de toda la calle». Además, la cantidad de ropa que llevemos puesta influye poco o nada en la cuestión, explica el experto: «Al contrario de la radiación ultravioleta, la de los móviles puede penetrar cualquier prenda; la única medida segura es mantener las distancias: cuando te alejas un 50% del dispositivo en cuestión, la cantidad de radiación a la que estás expuesto se reduce en un 75%».
Por esto mismo, los investigadores desaconsejan igualmente llevar el teléfono en sujetadores deportivos o sujetos con la mano, dada la cercanía de órganos vitales como el corazón o el abdomen respectivamente. Numerosos modelos actuales permiten contestar llamadas y atender notificaciones desde ordenadores o tabletas electrónicas previamente enlazados, lo que facilita dejar el gadget en otra habitación (algo recomendado encarecidamente al irnos a dormir). Si no tuviésemos más remedio que llevarlo encima, otras opciones aconsejables son activar el modo avión cuando no tengamos que manejarlo; utilizar auriculares con cable para no pegárnoslo al oído; no conectarle una batería externa mientras esté en el bolsillo (para que no aumente aún más su temperatura); y evitar las llamadas telefónicas en lugares con poca cobertura, al haberse demostrado que esto incrementa la radiación a la que terminamos expuestos (el aparato incrementa su potencia de emisión para compensar la debilidad de la señal).
En último término, para los desplazamientos del día a día, bolsos, mochilas y riñoneras se antojan las opciones más seguras; cuando no invertir algunos euros más en una funda con bloqueo de radiación, aunque, repetimos, a día de hoy no hay evidencia de que sean perjudiciales para la salud.
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Ojo al SAR del teléfono. Lo llevamos puesto...
Tasa de Absorción Específica
Se conoce como 'SAR' (siglas en inglés de 'Tasa de Absorción Específica') la cantidad de radiación de radiofrecuencia que nuestro cuerpo absorbe al usar un teléfono móvil.
Límites legales
Los fabricantes están obligados a cumplir con las normativas. La europea lo fija en 2 W/kg medidos sobre 10 gramos de tejido.
Para saber cuánta energía RF...
emite nuestro smartphone mira las instrucciones o ve a la página de soporte de la compañía
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