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A. SANZ
Sábado, 6 de octubre 2007, 21:08
«Al principio fue el balón», dijo no hace mucho un entrenador reconvertido a director deportivo. A partir de ahí el fútbol se propagó por el mundo y llegó a todos sus rincones transformándose en algo más que un deporte en algunos lugares. Una de las grandezas de esta disciplina es la igualdad sobre un terreno de juego y que no importe el origen de las personas que formen un equipo. Durante noventa minutos, todos hablarán un mismo idioma.
Este fenómeno de equipos con gran cantidad de jugadores llegados desde fuera de las fronteras tiene su mejor ejemplo en la Tercera División cántabra, en la Sociedad Deportiva Noja.
En el último verano, este equipo se embarcó en un nuevo proyecto que concluyó con cambios en el cuerpo técnico y con la llegada de fichajes de muchos rincones del mundo que modificaron una plantilla. Ahora, tal y como marcha la temporada, no se puede decir que su adaptación esté resultando traumática.
Savia nueva
Una de las piezas fundamentales de este nuevo proyecto es sin lugar a dudas su entrenador, el argentino Carlos Norman Chiscchio. Este hombre, reflexivo y educado, tiene a sus espaldas una larga trayectoria en los campos de fútbol, primero como jugador y después como técnico. En Argentina, a la vez que entrenaba equipos de una categoría equivalente a la Segunda B española, impartió cursos en la escuela de entrenadores y tuvo su propia escuela de fútbol.
Fue en el año 2000, tras la grave crisis económica de su país, cuando decidió venirse a España. Aquí no lo tuvo fácil, pues costó homologar su título pero enseguida le entró el «mono de entrenar». Ahora, contento y agradecido, es la persona encargada del proyecto del Noja para esta temporada.
Su concepto del juego se encuentra próximo al de Menotti, que en España defiende Jorge Valdano. Afirma que «a los jugadores hay que darles cosas simples, que jueguen libres y sin estar encorsetados a un esquema ya que lo fundamental es que dejen salir todo su talento». No olvida, por supuesto, el resultado pero ante todo «el fútbol es belleza y cuando se juega bien se tienen menos posibilidades de perder».
Valora mucho a la afición, que en su país es muy exigente, pero no promete más que trabajar «para que los seguidores se vuelque en la cancha».
De Argentina procede también Andrés Silva, un defensa central que jugó en las categorías inferiores del Independiente de Avellaneda antes de venir a España «siempre con la idea de jugar al fútbol». Comparte con su entrenador su visión del fútbol español donde la presión es menor, el juego más rápido y las jornadas se viven de una forma menos dramática.
Competencia leal
Si algo tiene claro este jugador es la manera de afrontar los partidos. «Nosotros -dice- hacemos nuestro juego y el rival se mete atrás, pero una vez que marcamos tiene que abrirse y ahí es cuando surgen las grandes ocasiones» prueba de ello es el inicio liguero del conjunto nojeño que en seis jornadas ha marcado veintiséis goles y sólo ha recibido dos. De todas las maneras, Andrés considera que «el equipo está aún en formación ya que hay mucha gente nueva, pero vamos bien y aunque tenemos mucha competencia dentro del equipo ésta es muy leal».
Diversos orígenes
El país sudamericano no es el único lugar de origen de esta plantilla, también Francia tiene representantes en el Noja. Leeroy Antón y Andrea Damiani, medio centro y defensa central, respectivamente, son otras de las incorporaciones de del equipo costero.
Ambos han compartido la mayor parte de sus carreras futbolísticas desde el inicio de su formación en Lyon, con sólo doce años, hasta su paso por la selección francesa juvenil, pasadon por la situación actual, cuando han decidido recalar en Noja.
Ellos también ven diferencias en el deporte rey en España. «Aquí el fútbol es más técnico y se juega más tranquilo». Se han adaptado bien, aunque reconocen que a veces la falta de conocimiento del idioma les complica mucho acciones tan cotidianas y teóricamente sencillas como puede ser ver la televisión o ir al cine.
Sin problemas
A pesar de esto no dudan en puntualizar que «en el campo no tenemos ese problema, allí nos entendemos todos porque el lenguaje del fútbol es universal». Si en algo parecen estar totalmente en consonancia es respecto al lugar donde les ha tocado vivir, Cantabria, que les recuerda mucho a su tierra francesa natal.
Todos ellos, entrenador y jugadores, se encuentran bien adaptados a la vida tanto en Noja como en España y si hay que quedarse con una buena definición de cómo se encuentran aquí es la del entrenador Carlos Norman Chiscchio: «Cantabria me gusta y Noja es un lugar muy tranquilo en el que se puede disfrutar de las playas y de la vida serena, mientras trabajas duro con el equipo».
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