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REDACCIÓN
Viernes, 26 de octubre 2007, 10:27
Ser una persona discreta en estos tiempos de cantamañanas no siempre es una ventaja. Ceballos siempre ha sido callado y reservado, como lo fue durante su fecunda etapa en el Racing y como lo siguió siendo cuando dijo adiós. Resumió en cuatro líneas 17 años en el club y una fidelidad eterna a los colores y se fue.
Es posible que de no ser por los aficionados, los que al final separan el grano de la paja, todo hubiese quedado así. Pero no. Y ya ven: empezaron con una cena y la cosa ha acabado en toda una Medalla de Oro del Gobierno regional.
No obstante, y sin intención de quitar importancia a este galardón, que Jose podrá colocar en la vitrina de casa, el mejor homenaje que se le podía dedicar ya se hizo cuando el Racing decidió volver a contar con él para criar nuevos 'ceballitos' en la cantera. Porque, ante todo, 'el Gato de Pámanes' fue un portero brillante, y sería injusto recordarle encorbatado y flanqueado por políticos. Siempre nos ha gustado más verle lleno de barro bajo los palos.
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