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MAXI DE LA PEÑA
Viernes, 2 de noviembre 2007, 09:54
Uno de los cineastas españoles más influyentes de las últimas décadas, el cántabro Mario Camus (Santander, 1935), director de clásicos como 'La colmena' o 'Los Santos inocentes', estrenó ayer su última cinta titulada 'El prado de las estrellas' en la sección oficial de la 52 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminici). El doble pase tuvo lugar en el Teatro Calderón de la capital pucelana a las 12 y 19 horas.
El realizador, en su regreso al cine tras un silencio de más de tres años, se ha adaptado a sí mismo y ha construido una fábula dramática de ausencias, búsquedas y, en algún caso, encuentros, con este filme, calurosamente recibido en la Seminici. Rodada en su Cantabria natal, cuenta con una trama en la que habla alto y claro principalmente por boca de personajes secundarios.
En torno a la figura de Alfonso, un jubilado encarnado por Álvaro de Luna que decide ayudar a una joven promesa ciclista, ha urdido Camus una trama en la que vierte no pocas de sus pasiones, aficiones e incluso opiniones acerca del mundo que le ha tocado en suerte, a través de un catálogo temático que abarca desde la economía rural y el desamparo de los ancianos hasta la voracidad inmobiliaria.
«No pretendo denunciar el vuelco de la economía rural de Cantabria a raíz de la globalización, pero sí reflexionar acerca de esa realidad», declaró el director cántabro acerca de un filme cuyo punto de partida, y tal vez de llegada, es una cita del escritor T.S.Eliot (1888-1965) donde se refiere a la humildad como «la única sabiduría que podemos adquirir» en este mundo.
Estructurada en tres historias paralelas, 'El prado de las estrellas' es una metáfora sobre recuerdos de la infancia. «Todo es infancia en el fondo, porque de esa etapa sale toda la creatividad, ya el resto de la vida es expresarse, defenderse y sobrevivir», aseguró Camus. Los protagonistas de la película son Alfonso, al que da vida Álvaro de Luna, y una anciana, Nanda, que le cuidó de pequeño y que ahora está recluida en un asilo. La mujer es propietaria de un prado, sobre el que uno de sus hijos tiene pretensiones de levantar una urbanización. Por otro lado, se cuenta la historia de una joven asistente social, del mismo pueblo que Alfonso, que tendrá un conflicto entre dos muchachos, y que al final decide una solución vital para ella, que es vivir su propia vida sin que haya injerencias de ningún tipo.
Una mañana Alfonso sale a coger caracoles al 'prado de las estrellas' y se encuentra con un joven que aparece entre la niebla en su bicicleta, Martín. A partir de ese amanecer y avivado por los sueños del chico, pronto se establece una amistad entre el viejo maestro y la joven promesa de ciclista. Alfonso, apoyado por sus amigos, hará de Martín un gran campeón y, lo que es más importante, una gran persona.
Óscar Abad, joven de 16 años de Los Corrales de Buelna se subió a una bicicleta a los cinco años y ya no volvió a bajar. Igual que Martín, el personaje ficticio que creció en la imaginación del director cántabro Mario Camus para ser uno de los protagonistas de su nuevo filme. «Estoy encantado de salir en la película. Nunca me había planteado ser actor porque era algo muy remoto. Tengo bastantes ganas de empezar», reconoció el joven, que corre en el equipo Almacenes Lavín.
El 16 de octubre de 2006, Mario Camus inició el rodaje de 'El prado de las estrellas,' que produce Cre-Acción Films, de los hermanos Rodolfo y Nano Montero, en coproducción con 2 y 4 Films y Proverfilms. se desarrolló hasta la primera semana de diciembre en Comillas, Santander, Torrelavega, Valderredible, Cabuérniga, el portillo de Lunada y La Cavada y la comarca de Aguilar de Campoo (Palencia), como localizaciones principales.
Previamente, se rodaron unos documentales en Camargo y en Rasines, durante la disputa de sendas pruebas de la temporada del circuito ciclista junior de Cantabria.
Berlín y Cannes
Mario Camus pertenece a la generación del Nuevo Cine Español de la que forman parte, entre otros, Carlos Saura, Basilio Martín Patino, José Luis Borau, Julio Diamante y Miguel Picazo. Premiado en los principales festivales internacionales como Berlín y Cannes, del reconocimiento de la figura de Mario Camus dan cuenta las concesiones de la Medalla de Oro de las Bellas Artes (1983), el Premio Nacional de Cinematografía (1985) o la Orden de las Artes y las Letras de Francia (1986). Uno de los últimos homenajes que recibió el cineasta cántabro tuvo lugar el pasado año en el Festival de Toulouse. Entre sus títulos destacan 'La colmena' (1982) 'Los santos inocentes' (1984), 'Sombras en una batalla' (1993), 'Adosados' (1996), 'El color de las nubes', 'La playa de los galgos' (2002), 'Los pájaros de Baden-Baden' o 'Los días del pasado'.
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