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EFE
Lunes, 28 de abril 2008, 02:36
Mientras gran parte de los países europeos se preparan para conmemorar el mítico Mayo del 68, Bélgica se encarga de recordar estos días que en su territorio las protestas estudiantiles arrancaron meses antes y, llegada la primavera, ya habían provocado la caída del Gobierno.
Concretamente, el 7 de febrero de 1968 dimitió el Ejecutivo cristiano-liberal de Paul Vanden Boeynants tras semanas de altercados en la Universidad Católica de Lovaina, la mayor del país y principal protagonista del particular Mayo del 68 belga.
Sin la repercusión de París o Berlín, la agitación estudiantil en Bélgica fue la única de toda la Europa occidental que hizo caer un Gobierno con su presión y aún hoy deja sentir su huella en la vida política del país. El poco conocido y tempranero Mayo del 68 belga mezcló elementos globales, como la lucha contra el autoritarismo, con otros más locales, sobre todo, el conflicto lingüístico entre flamencos y francófonos. Todo arranca en 1966, cuando estudiantes flamencos de la Universidad de Lovaina reivindican con fuerza la escisión de la institución en un ala neerlandófona y otra francófona.
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