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Una pareja serbio kosovar deposita su papeleta en el enclave serbio de Gracanica, Kosovo. / EFE
La coalición pro europea gana las elecciones en Serbia, según sondeos
INTERNACIONAL

La coalición pro europea gana las elecciones en Serbia, según sondeos

El desencanto en los colegios, con una baja participación, refleja el hastío de los políticos y la saturación de comicios de una población que pide un cambio

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ

Lunes, 12 de mayo 2008, 04:07

La coalición de fuerzas pro europeas, liderada por el Partido Democrático (DS) del presidente Boris Tadic, ganó ayer, domingo, las elecciones parlamentarias serbias con el 39% de los votos, según los sondeos a pie de urna difundidos por el Centro para las Elecciones Libres y la Democracia (Cesid).

Estas estimaciones otorgan a la formación europeísta 103 de los 250 escaños del Parlamento de Belgrado, 20 más que los obtenidos en los comicios legislativos de 2007.

El ultranacionalista Partido Radical Serbio (SRS), contrario a un acercamiento del país a la Unión Europea (UE) sería el segundo más votado, con el 28,5% de los sufragios y 75 parlamentarios, seis menos que en la anterior consulta electoral.

El partido del primer ministro saliente, el nacionalista Vojislav Kostunica, se situaría en el tercer puesto, con el 11,6%, atendiendo a los sondeos del Cesid.

De acuerdo con ese resultado, el partido de Kostunica, un pro europeo que desde el año pasado compartía el Gobierno con el DS, pero que se ha convertido en un implacable crítico de la Unión Europea (UE) tras la independencia de Kosovo, podría disponer de 30 escaños en un futuro Parlamento.

El Partido Socialista de Serbia (SPS), fundado por el antiguo líder autoritario Slobodan Milosevic, obtendría un 8%, lo que equivale a 21 escaños, y se considera la sorpresa de estas elecciones , ya que los pronósticos le situaban por debajo del 7%.

También entraría en el Parlamento el pro occidental Partido Liberal-Demócrata (LDP), con poco más de 5% de los votos, que se traduciría en unos 13 escaños, así como varias formaciones de las minorías.

Sin mayoría absoluta

El DS de Tadic y su coalición, no obstante, no tendrán mayoría absoluta y no podrán gobernar en solitario, por lo que serán necesarias negociaciones para cerrar un gobierno de coalición.

Tanto el DS como el SRS eran los favoritos, aunque las encuestas preelectorales daban ventaja a los ultranacionalistas en unos comicios considerados cruciales para el futuro del rumbo europeo de Serbia.

Unos 6,7 millones de ciudadanos con derecho a voto tenían que elegir a los 250 diputados del Parlamento entre candidatos de 22 partidos y coaliciones, casi la mitad de ellos de las minorías.

Tras conocerse los resultados de los sondeos, los seguidores de Tadic comenzaron a celebrar la victoria de su líder en las calles del centro de Belgrado. La participación en las elecciones serbias de ayer fue de un 60,7%.

Normalidad

Frente a la decena de periodistas españoles que hay ahora en Belgrado llegarán 120 para el festival de Eurovisión. El certamen es un síntoma de normalidad, Los serbios están cansados de citas con la historia, de no despegarse del pasado y de vivir mal. Sobre todo, de votar: cuatro elecciones en poco más de un año. Ayer se notaba poco entusiasmo.

El desencanto en los colegios, con una baja participación, refleja el hastío de los políticos y la saturación de comicios de una población que pide un cambio.

En Zemun, feudo del Partido Radical, en el colegio Petar Kocic, muy descascarillado, se veían caras avejentadas, dentaduras precarias y ropa desgastada. Las familias más pobres, los jubilados, pero también jóvenes desencantados votan a Nikolic.

Aunque otros sacan la vena ultraconservadora. «La UE me parece bien, pero no quiero que esto se llene de homosexuales», dice Olivera Zivanovic, de 60 años. Pero en Zemun también hay votantes de Tadic, como Slobodan Balac, ingeniero en paro, e incluso del LDP de Jovanovic, como Mirjana Opacic, jubilada de 65 años. «¿Hay que olvidarse de Kosovo!», afirma. Sabe de lo que habla, sus padres son de allí, pero cree que no hay nada que hacer. No es la única. Tras hablar con una veintena de personas, radicales y demócratas piensan casi lo mismo en puntos esenciales.

Kosovo es menos decisiva en el voto de lo que hacen ver sus políticos. En otro barrio, Savski Venac, de clase alta y demócrata, la gente está más arreglada e hila largos discursos, pero dice lo mismo. «Kosovo se perdió hace 30 años, con Tito, que dio demasiado a los albaneses», dice un empresario de 55 años que no quiere identificarse.

Rencor hacia la UE

Otro punto de consenso es que el futuro es la UE, pero todos coinciden en sentirse maltratados. La absolución de Ramus Haradinaj, el ex militar albanokosovar y luego primer ministro, acusado de crímenes de guerra en La Haya ha sentado fatal. Igual que escuece ver cómo el hombre de la UE en Kosovo es Javier Solana, que para lo serbios es quien les bombardeó en 1999, como secretario general de la OTAN. «La mayoría estábamos contra Milosevic, sufríamos su régimen, y Europa encima nos castigó», recuerda el padre de la familia Jogovic.

Tendencia

Pero también hay esa pasmosa tendencia general a no saber o no querer saber lo que pasó en los noventa.

Sobre la entrega de los dos criminales de guerra más buscados, Ratko Mladic, autor de la masacre de Sbrenica, con 8.000 muertos, y Radovan Karadzic, la gente no opina. Es un tabú. Quien lo hace es para definirlos «héroes de guerra». A Serbia aún le queda un trecho para ser normal.

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