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MAXI DE LA PEÑA
Miércoles, 4 de marzo 2009, 01:51
La escritora y ex directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás (Barcelona 1933), todavía sigue sin entender la polémica que levantó «la extrema derecha mediática» en torno al cambio de ubicación de la estatua del polígrafo santanderino Marcelino Menéndez Pelayo: «Quería ponerla en un lugar privilegiado, los jardines, porque en la entrada principal de la Biblioteca es un estorbo para la entrada del público. Los informes técnicos, finalmente desaconsejaron el cambio porque la estatua de don Marcelino al estar hecha de mala calidad no hubiera aguantado a la intemperie». Regás, que ayer ofreció una conferencia en la Fundación Marcelino Botín sobre el adulterio como inspiración literaria, precisa que en el sitio donde pretendía ubicar la estatua de Menéndez Pelayo se colocó el único monumento que había en Madrid de Antonio Machado (una cabeza de un metro sobre un pedestal), y el acto pasó sin pena ni gloria y eso que se celebró una fiesta fantástica con autores vivos de la Generación del 27 y la interpretación de Serrat de algunos de sus poemas».
«¿Por qué he elegido el adulterio para la conferencia?» se pregunta la escritora catalana. Su respuesta es concisa: «Por el papel que ha jugado en la inspiración de la literatura del siglo XIX. El adulterio estaba prohibido por ley y estaba mal visto en la sociedad». Por ello, analiza los dramas de cuatro heroínas de ficción: Madame de Renal (Stendhal); Madame Bovary (Flaubert); La Regenta (Leopoldo Alas 'Clarín') y Ana Karenina (Tolstoi). Rosa Regás afirma que en la época romántica, el adulterio era un caldo de cultivo «de inspiración excelente» porque lo prohibido atrae la imaginación del autor para escribir una historia. Recuerda un libro de Anton Chejov 'La dama del perrito' en la que la infidelidad conyugal no se ve como un drama íntimo. Narra la historia de dos personas que quieren estar juntos, pero sin planteamientos moralizantes.
En 'Memoria de Almator', la primera novela publicada por Regás en 1991, una mujer extremadamente protegida por su padre, su marido y su amante, acaba tomando las riendas de su vida.
El bilingüismo
La autora de 'Azul', Premio Nadal de 1994, «una novela que tuvo un gran éxito, hecho por el que la gente empezó a leer mis obras», escribe básicamente en castellano, «aunque a veces escribo ensayos en catalán, idioma que domino perfectamente, pero mi formación literaria es francesa y castellana». La polémica lingüística en Cataluña, en su opinión , «viene dada desde fuera porque todo el mundo está encantado en la comunidad, y la democracia es lo que es: la mayoría de votantes está de acuerdo con el bilingüismo. Es completamente falso que el aprendizaje del catalán interfiera para nada en el castellano». Regás defiende que las sociedades que conocen más lenguas, mejor hablan la propia y ahí tenemos el caso de los países de la Europa del Norte, como Dinamarca, Suecia o Noruega, donde además de su lengua natal, hablan perfectamente el inglés y el alemán. «En Cataluña, a los jóvenes estudiantes no les costará nada aprender un tercer y un cuarto idioma», sostiene la galardonada escritora barcelonesa.
Su paso por la Biblioteca Nacional como directora general (2004 -2007) tuvo un final desagradable con su cese. Rosa Regás defiende su gestión: «Llevé un plan de modernización y de lugar de encuentro de todos los ciudadanos». Entre sus logros, la autora de 'La canción de Dorotea' consiguió la creación de la Biblioteca digital Hispánica y de una sala multimedia, se dio un nuevo impulso a las actividades y actos culturales, se reforzó la estructura de gestión, el número de visitantes fue duplicado y se produjo un crecimiento de un 300% de carnets en el año 2006.
«Molina, muy peculiar»
La anterior ministra de Cultura, Carmen Calvo, «depositó su plena confianza en mí, y he de decir que era una gestora política de mayor peso que Molina y que no se dedicaba a pegar broncas sino a buscar soluciones. Despachaba con ella con mucha asiduidad. Fue una pena su marcha», admite Regás.
¿Qué ocurrió entonces para que el nuevo ministro, el también autor literario César Antonio Molina, no confiara en el trabajo de la escritora al frente de la Biblioteca Nacional? «El problema de Molina es que no confiaba en nadie del equipo de Carmen Calvo y se cargó a siete directores generales. Utilizó conmigo la excusa de la desaparición de dos mapamundis de gran valor, «y antes de que me cesara, preferí presentar la dimisión». Regás no oculta se resquemor hacia el ministro de Cultura: «Trajo a su gente, y es un hombre que genera amores y odios. Es un personaje muy peculiar».
La autora de 'Desde el mar' se encuentra inmersa en la creación literaria: «Estoy escribiendo un libro, pero no le voy a decir más». Tampoco avanzó para cuando publicará su primera obra desde que accedió a la dirección de la Biblioteca Nacional.
Rosa Regás posee el privilegio de contar en su currículum de premios con el Nadal y el Planeta, algo que muy pocos escritores pueden lucir en su palmarés. Ella cuenta con ambos galardones.
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