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OBITUARIO

Eulalio, Quijote cántabro

PPLL

Jueves, 26 de marzo 2009, 01:19

En la ciudad de Guanajuato, México, existe un museo excepcional, único en el mundo: el Museo Iconográfico de El Quijote. Lo fundó, alimentó y cuidó un cántabro trasterrado a América: Eulalio Ferrer y esa ciclópea colección de cuadros, esculturas, ediciones príncipe y primeras ediciones de la novela de Cervantes es uno de los legados que deja ese santanderino ilustre que fue Eulalio Ferrer. Ferrer ha sido un enamorado de la gran novela española de todos los tiempos y en general de la obra cervantina. Cuenta en uno de sus numerosos libros - 'Entre alambradas'- que leyó y releyó El Quijote hasta decir basta, cuando estaba prisionero en el campo de refugiados de Argeles Sur Mer, en el sur de Francia, tras abandonar España por la frontera catalana en el derrumbe de la República al final de la guerra civil.

De esa lectura febril y compulsiva surgió un interés por esa novela y por la figura de su autor. Ferrer viajó pronto desde Francia hasta México y allí hizo una carrera brillante como comunicador, publicista, radiofonista y otras disciplinas de la comunicación, que fue su nexo vital.

Desde entonces coleccionó diferentes ediciones de la obra cumbre de la literatura española y finalmente se decidió a fundar el museo iconográfico en Guanajuato, una ciudad que tiene una larga y brillante tradición cervantina.

Ferrer ha muerto tras una vida generosa, en la que su mecenazgo cultural ha sido emblemático y deja este mundo con la huella de don Quijote impresa en el alma, porque en Eulalio latió siempre ese espíritu 'desfacedor de entuertos' del protagonista de la novela cervantina y, en paralelo, el realismo y la tenacidad de Sancho. De ese equilibrio entre el sueño y la realidad emerge la personalidad de Ferrer. Un inquieto comunicador que ejerció de asiduo e intenso colaborador de EL DIARIO MONTAÑÉS, al que aportó el insaciable caudal de su curiosidad.

La obra literaria de Eulalio es extensa, brillante y diversa y su aportación a la cultura de Cantabria impagable: Su apoyo al Ateneo de Santander, la creación del premio Menéndez Pelayo que él patrocina en la UIMP, sus donaciones a bibliotecas e instituciones, la colaboración generosa con las diferentes iniciativas culturales. son elementos que harán pervivir la figura es este Quijote cántabro en la memoria de quienes le conocimos, le tratamos y compartimos algunas tertulias sobre el presente y el futuro de México y la América hispana.

Ha muerto un Quijote, un mecenas, un intelectual, un escritor. y un amigo.

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