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JUAN CARLOS FLORES-GISPERT
Domingo, 19 de abril 2009, 02:20
Mañana lunes, día 20, en el Palacio Real de la Magdalena (el único edificio emblemático, el único), se celebra la entrega del premio Mayte Cantabria de Teatro, que ha recaído en la actriz Blanca Portillo. El presidente del jurado es el santanderino productor de teatro Juanjo Seoane. El premio nos sirve para recordar la gran figura de Mayte, cuya biografía (que sería un super éxito editorial) está por escribir. Hablo con Luis Aguado sobre su madre, para que me cuente cosas. Las más jugosas, con personajes públicos, se las calla. Pero algo le consigo sacar. «Teresa del Carmen Aguado Castillo, más conocida como Mayte, mi madre, fue una santanderina enamorada de la gastronomía, el arte y la cultura, pionera en la restauración española del siglo XX». «Nacida en 1929 en Santander, desde muy pequeña tuvo claros sus objetivos en la vida y su gran ilusión era tener un restaurante en Madrid». «Con apenas veinte años emigró a Madrid, como tantos santanderinos de la época y, tras trabajar durante una larga temporada como camarera en la cafetería de de la Gran Vía madrileña, abrió su primer negocio, el , en el extrarradio de la capital. Fue allí donde, por casualidades del destino, tendría la oportunidad de conocer a las grandes estrellas de Hollywood, ya que junto a su modesto local se encontraban los estudios donde Samuel Broston, el afamado productor, rodaba algunas de sus superproducciones. Los actores acudían cada día a comer al hostal, forjándose amistad entre muchos de ellos y mi madre. La noticia se extendió rápidamente y a aquel comenzaron a acudir políticos, hombres de negocios, artistas, toreros e intelectuales de la época. Sus amigos Charlton Heston, Ava Gardner o Raquel Welch degustaban tanto en su taberna como en nuestra propia casa aquellas recetas que mi madre, junto con mi abuela Isabel, les preparaban con cariño. Esther Williams llegó incluso a pedirle que le enseñase a cocinar para su marido, Fernando Lamas, las famosas costillas con patatas».
Recordando, así estoy. Recordando a Corín Tellado me acuerdo de otros grandes autores, en este caso de novelas de vaqueros: Marcial Lafuente Estefanía, Francisco González Ledesma (Silver Kane), Luis García Lecha (Clark Carrados) y Antonio Vera Ramírez (Lou Carrigan). Vendí decenas de ellas en el quiosco de mis tías, en Puertochico.
jcflores@eldiariomontanes.es
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