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VIOLETA SANTIAGO
Sábado, 23 de enero 2010, 01:25
Por visibilidad no va a quedar. La historia de 16 cántabras pioneras en la lucha por la igualdad circulan desde hace unos días por cientos de establecimientos hosteleros de Cantabria: se ha incorporado su nombre, su imagen y una breve sinopsis de sus logros a cuatro millones de azucarillos que repartirá 'Cafés El Dromedario' durante cinco semanas, tras llegar a un acuerdo con la Dirección General de la Mujer.
No es la primera vez que la empresa cafetera presta su dulce soporte, que llega hasta el último rincón de la región, para una acción divulgativa cultural. Lleva 60 colecciones distintas, explica Alberto Vidal, director de marketing: desde la obra de José María de Pereda -recogiendo sus frases significativas-, a las Casonas de Cantabria, los hitos de la historia de Santander por su 250 aniversario como ciudad o los olímpicos de la región han sido otras de sus propuestas.
En esta ocasión se ha elegido a las mujeres que más tempranamente trabajaron por igualarse a los hombres en derechos y actividades y que más lejos llegaron, bien fueran artistas, escritoras, investigadoras o políticas. Se describe la trayectoria, por ejemplo, de Concha Espina, quien escribió más de medio centenar de obras y fue presentada como candidata al Premio Nobel en 1928 o la de Matilde de la Torre, diputada en Cortes durante la II República y directora de Comercio y Política Arancelaria.
También forman parte de esta serie Ana María Cagigal (periodista), la pintora María Gutiérrez Blanchard, Consuelo Bergés, traductora y ensayista, o Elena Quiroga, la segunda escritora que consiguió acceder a la Real Academia Española de la Lengua.
Seguramente ninguna de ellas consideró que su vida acabaría resumida en una docena de líneas en un sobre de azúcar, que se abre en un segundo para tomar un café y se desecha, aunque dice Vidal que la iniciativa suele tener gran repercusión: «todo el mundo lo ve. Y el muy cafetero verá seis o siete». A la Dirección General de la Mujer le merece la pena el intento siempre que el objetivo sea hacer visibles a mujeres que abrieron sendas por las que después han caminado otras.
Lo hizo Isabel Torres. Fue la primera científica que se incorporó al departamento de Química de la Casa de Salud Valdecilla en 1929 y que consiguió relacionar los contenidos de los alimentos para que las raciones fueran equilibradas. O la arqueóloga María Luisa Herrera, primera en dirigir el Museo Nacional del Pueblo Español como integrante del cuerpo de archiveros y bibliotecarios.
La colección se detiene, además, entre otras, en la actriz Julia Martínez, la soprano Isabel Penagos, la montañera Carmen Sánchez, la directora teatral Pura Maortúa, la galerista Coco Piris y la diseñadora Ana de Pombo, que estuvo al frente en 1930 de la Casa Chanel en París y que también era concertista, bailarina, coreógrafa y escritora.
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